POSADAS. Es la mañana en que Los Nuñez, Juan y Marcos, por orden de edades, deciden partir nuevamente a la geografía serrana, a ese imán mediterráneo que es Córdoba. Es que es tiempo del mayor festival folklórico sudamericano, el que tiene eco en Cosquín.En plena madurez, sin techo aún por acariciar, el bandoneonista y el guitarrista, eximios cada uno en lo suyo, despegan de Misiones de un punto ineludible para ellos: la casa de sus padres, a pocos metros de ese nudo neurálgico que es avenida San Martín y la ruta nacional 12. Mientras los periodistas esperan a los geniales chamameseros, Ramón no deja de recordar que se cumplirán 22 años desde esa gesta en la Fiesta Nacional del Inmigrante, del 92. “No sabes cómo corrí con mi guitarra, porque ellos se sabían un tema y medio. Ante la multitud, que los recibió enardecida, al terminar el primero Juan me gritaba: papá, dale, ¡subí con la guitarra!”. Ni hace falta describir ni pintar el agua que corrió bajo el puente San Roque González desde esa epopeya en la Capital de Monte.El martes pasado los hermanos, ya bien consolidados en el panorama nacional del folklore, salieron en el utilitario Citroën, totalmente ploteado con leyendas que aducen al dúo, a la ruta serpenteando rumbo a Cosquín, donde llegaron ayer al mediodía. Y esta noche estarán pisando el escenario Atahualpa Yupanqui, frente a una plaza Próspero Molina abarrotada de gente, en horario televisivo, por la TV Pública.Antes, tuvieron la posibilidad de encontrarse con PRIMERA EDICIÓN y narrar vivencias y particularidades de este momento, este que los lleva a ser únicos, o cuasi, jugándosela con música instrumental, como uno de los mayores inspiradores de Juan: Astor Piazzolla, pero en el chamamé.El guitarrista, de entrada, detalla que les es increíble, aún imaginando, recordar y ver todo lo que les ha ocurrido desde que debutaran siendo músicos de Ramón Ayala, al que acompañaron a grabar el último CD y le hicieron el aguante en el Festival Nacional del Chamamé que se apagara hace poco. Al año siguiente ya fue con el cuarteto que habían armado junto a ese gigante cordobés de la percusión que es Chacho Ruiz Guiñazú (los tres salieron de la banda que acompañaba a Chango Spasiuk e inmediatamente armaron el trío, con el que editaron el notable debut “Tierra de Agua”). La gente los despidió a los gritos y de pie, fue tal la repercusión que el mayor diario cordobés los fue a buscar a la mañana siguiente.Hoy, en Cosquín, será Diego Velázquez el que complete el trío; un gran bajista que ya es parte de Los Nuñez, y que diera cátedra en el recital del Teatro Lírico del año pasado. Y Marcelo Alegre, de Magno Sonidos, de Oberá, será el encargado de pilotear esa herramienta esencial para el músico. Juan y Marcos le contaron algunas “cositas” a este diario, queriendo contactarse con los lectores, ellos saben que los siguen y mucho y a los que, a través de esta página, les dejaron un fuerte abrazo.¿Se mira para atrás y que se ve?Son casi 22 años de trayectoria, nosotros empezamos desde muy chicos. Siempre agradecidos a la familia que nos estimuló a transitar el camino de la música, del chamamé. Y bueno, después de tanto trabajo y el esfuerzo ver que el reconocimiento llega, es una satisfacción total (Marcos).Es increíble. Porque somos un conjunto instrumental y cuesta entrar, pero el nivel de aceptación que nos demuestra la gente nos sorprende siempre. La música es nuestra vida y se lo debemos al público que hemos forjado, estamos muy motivados y agradecidos a ellos (Juan).¿Con qué van a este Cosquín?Cuesta elegir entre el repertorio porque es una actuación breve, es el horario televisivo y más de tres o cuatro temas no te dan, estás calentando y medio que ya te tenés que bajar. Pero funciona así, tenemos tres obras en vista que vamos a sacar a relucir y apostando a lo que componemos (Juan).¿Qué balance hacen del festival correntino?Es el segundo festival después de Cosquín, es impresionante cómo se ha consolidado, renovado. Y fue muy loco, porque actuamos con Ramón Ayala, un grosso, y llevamos, para lo que nos tocaba, una banda que armamos con Leandro Yahni (teclados), José Daniel (voz), Diego Velázquez (bajo) y Darío Vega (batería). Con Ramón ya son varias satisfacciones, hicimos el recital en Canal Encuentro con Lalo Mir, grabamos su disco, nos lleva a los recitales (Marcos).Tiene mucha presencia misionera y ya no quedan rastros de esas rivalidades estériles entre correntinos y misioneros. Se nota que ya hay un pensamiento de región, estamos hermanados por la música, de este lado podemos tocar otros géneros, pero entre ellos está el chamamé, y lo tocamos respetando su esencia (Juan).¿Planes para 2014?Por lo pronto, apenas terminamos de tocar en Cosquín, nos venimos directo a Villa Bonita (cerca de Oberá), ya que el 1 de febrero estamos tocando en el Festival de la Ecología, un festival que se viene con todo. Hay que defender la ecología, tenemos que dejarla para el futuro. Y nuestro mayor proyecto para esta temporada es sacar el nuevo disco (Juan).Han evolucionado muchísimo entre “Tierra de Agua” y “Chamamé”, ¿ahora, hacia dónde va la cosa?Estamos en un proceso de componer más, nuestra experiencia es mayor y siempre atados a las vivencias, te podríamos contar que capaz que sacamos un disco que parta de la improvisación. No sé. Pero ya lo tenemos armado. Vamos buscando la dirección, tenemos mucha libertad y menos presión del tiempo (Marcos).Tierra y Chamamé nos han abierto muchas puertas y nos brindaron mayor libertad y tiempos, son universos distintos, pinturas distintas. Ahora se viene otra etapa, en la que disfrutamos de otras cosas. Y el gran tema es que tendrá invitados de recontra lujo, increíbles músicos (Juan).




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