SAN VICENTE. El Moconá dejó de ser un centro de turismo de aventura. Hoy, el asfalto de la ruta costera 2 permite que se llegue hasta el atractivo natural con cualquier tipo de vehículo. Esto permitió que reciba entre 300 y 400 turistas por día. A pesar de esto, este año el turismo tiene una leve baja con respecto al 2013. Los primeros diez días de 2014 los turistas no pudieron entrar porque el puente del arroyo Pepirí Miní estuvo cerrado por la lluvia.Llegar a los Saltos del Moconá ya no es una aventura como antes. La llegada del pavimento permitió que sea un turismo convencional. Un conocedor de muchos años de esos lugares contó: “Antes, para conocer los saltos tenían que venir con camionetas o vehículos preparados. Hoy podés llegar con cualquier auto. Si no querés, no necesitás pisar la tierra ya que bajás hasta la lancha por un camino empedrado. Antes tenías que venir preparado por si agarrabas una lluvia”.Sin embargo, las grandes precipitaciones de los primeros días de este año jugaron una mala pasada a los turistas que pretendían llegar a los Saltos del Moconá. El puente del arroyo Pepirí Miní fue desbordado y estuvo cerrado por casi diez días. Eso impidió el ingreso de visitantes al atractivo. Sin embargo, según datos que proporcionaron los trabajadores del centro turístico, están ingresando entre 300 y 400 personas por día.La gran afluencia de turistas es levemente inferior a la del año, pero el período fuerte que tiene este atractivo natural es durante la Semana Santa. El encargado del Centro de atención de los Saltos del Moconá, Virgilio Fontana, dijo que “en comparación con el verano del año pasado estamos un poquito por debajo en la cantidad de visitantes. Tuvimos el inconveniente de que el puente del arroyo Pepirí Miní estuvo cerrado casi diez días y no trabajamos. De igual manera vemos que es una buena temporada”.Elegidos en Semana SantaLos Saltos del Moconá son más visitados durante el período de Semana Santa. Según Fontana, “el restaurante está preparando entre sesenta y setenta platos por día, sin embargo para la Semana Santa se preparan más de 170. Se triplican las visitas para esas fechas. También es buena la llegada de turistas en las vacaciones de invierno. Pero siempre estamos sujetos a la situación climática. Cuando llueve mucho no se pueden ver los saltos y los turistas no vienen o cuando llueve demasiado el arroyo sobrepasa el puente y no permite el paso”.También señaló que “el mejor día para visitar los saltos son los lunes. Acá cerca en Brasil tenemos la represa hidroeléctrica Xapeco que nos afecta mucho el nivel del río Uruguay. Ellos los jueves comienzan a llenar el embalse y lo hacen hasta el lunes. Entonces tenemos el nivel más bajo del río ese día, por lo que es el día indicado para ver los saltos en todo su esplendor”.“Este año está llegando mucha gente de Buenos Aires y del sur argentino. Esos turistas vienen y disfrutan más que los misioneros. También tuvimos la visita del ex presidente Fernando Lugo, del Paraguay, la semana pasada y eso nos da una pauta que nos tienen en cuenta en otros países y no sólo los argentinos y brasileños conocen este centro turístico”, señalo el encargado de la parque turística.Asimismo, Fontana contó que “los turistas llegan de todas partes de la Argentina, pero los que más disfrutan son los de otras provincias. El de la provincia llega va a la lancha y luego sube a su vehículo y regresa. Sin embargo, los que vienen de afuera recorren los senderos, preguntan cosas sobre el parque, tratan de ver los animales que aparecen en los alrededores. Permanecen más tiempo y almuerzan en el restaurante. No consumen sólo el atractivo de la lancha. También se paran en los miradores de la ruta y sacan muchas fotos”. Detalles a tener en cuentaLos saltos del Moconá están a 80 kilómetros de El Soberbio. Hace un par de años se completó el asfaltado de la ruta costera 2. Pero faltan otros servicios esenciales para los trabajadores y los turistas como ser la energía eléctrica. El complejo donde conviven más de 15 personas todos los días entre guardaparques y los que atienden las distintas dependencias de turismos y reciben más de 30 personas utilizan un generador para tener luz, no llega el tendido eléctrico.Fontana comentó que no tienen señal para los celulares “hay una empresa que llega la señal del Brasil, pero es muy cara porque utiliza tarifa internacional. No tenemos sistema para cobrar con tarjetas de créditos y muchos turistas que vienen de Buenos Aires no traen efectivo y no pueden quedarse a almorzar porque no se les puede cobrar por tarjetas. La electricidad es por generador. Los otros días que estaba cerrado el puente por la lluvia nos quedamos sin combustible para la luz. Cuando llegue la energía eléctrica vamos a poder tener muchas cosas en el restaurante que ahora no podemos tener. Incluso no podemos tener hielo, recién ahora nos arriesgamos a traer y es importante para la atención al turista”. Maravilla de la Zona CentroEl Parque Provincial Moconá tiene 999 hectáreas. Una exuberante vegetación de la selva paranaense cubre el territorio y protege una gran cantidad de cursos de aguas. Alberga a toda la fauna con cientos de aves, peces, reptiles y mamíferos que viven en la selva. En determinados horarios, aparecen en los distintos lugares de las dependencias de los guardaparques y el centro de atención al turista.El principal atractivo del parque es la visita con la lancha a los saltos. Desde las 9 y hasta las 17, salen las lanchas y navegan la parte baja de los 2.500 metros del salto. Se incorporaron dos senderos, uno de la selva donde se pueden apreciar majestuosos ejemplares de árboles con 1.200 metros de recorridos. El otro sendero es de 600 metros y se denomina de la gruta. En determinados horarios se puede ver algún mamífero que se cruza con los turistas por los trillos y hacer avistaje de aves.El origen del salto es una falla geológica en la piedra basáltica que compone el suelo en ese lugar. La grieta tiene una profundidad del río en ese lugar varía desde los 90 a los 160 metros. Los saltos tienen unos 2.500 metros de longitud, eso lo hace único en el mundo. Se cree que antes tenía una longitud de cuatro mil metros. Por razones que se desconocen, las piedras de basaltos se desgastaron del lado brasileño y eso marca un desnivel que divide en dos el río y como una de las parte es más alta, hace que haya una caída de agua y sea un atractivo turístico único. Los días que mejor se puede apreciar es cuando el río est&
amp;aacute; bajo y el salto tiene una altura de unos seis metros.





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