DOS HERMANAS, Bernardo de Irigoyen. No pasaron diez días desde que una delegación de usuarios de este municipio estuvo en Posadas llevando personalmente los reclamos y pedidos al mismísimo titular de Emsa, Sergio Ferreira, pero a pesar de esto, de los constantes reclamos en toda la provincia y de los compromisos orales y escritos asumidos periódicamente por las autoridades de la empresa responsable del suministro eléctrico, en la provincia la situación empeora día a día: los cortes de luz siguen siendo moneda corriente y la bronca de los usuarios aumenta día a día.La falta de mantenimiento incluye a los postes, que en el norte misionero han cumplido largamente su vida útil y en esta ocasión esa desidia y falta de inversión pudo haber provocado la muerte de una persona: Yolanda Núñez.Yolanda vive junto a su marido Miguel Ángel Cordero, en la localidad de Dos Hermanas, y desde hace más de dos años y medio viene reclamando a las autoridades locales de Emsa que cambien el poste de luz de alta tensión, que estaba podrido y se encontraba cercano a su vivienda. Estos pedidos fueron desoídos por los funcionarios. Ese poste ahora cayó sobre la casa del matrimonio y Yolanda sufrió una descarga eléctrica donde casi pierde la vida.La fuerte descarga eléctrica que sufrió Yolanda le provocó pérdida del conocimiento y fue inmediatamente trasladada al nosocomio local, desde donde por la falta de suministro eléctrico se la debió cruzar al Brasil para hacerle los urgentes chequeos necesarios. PRIMERA EDICIÓN dialogó con Miguel Ángel Cordero, su esposo, quien manifestó: “A las 10.30 se levantó un poco de viento y cuando mi señora (Yolanda Núñez) se acercó para cerrar la ventana, le dio una descarga y quedó sentada, de ahí mi gurisito la arrastró y la sacó para afuera, la mamá le pedía socorro, en ese momento pensé que la perdía, mi hijo estaba desesperado, todo se iba por culpa de esta gente que no se interesa por nosotros”. “Hace más de dos años y medio que comuniqué a la gente de Emsa que ese poste estaba podrido, incluso uno de ellos se rió en mi cara cuando le dije que se iba a caer. Cuando venía un poquito de viento, ese poste se movía hasta dos o tres metros. Le pedí varias veces, inclusive a los que estaban antes de encargados, y me dijeron que era así mismo, que no hay problema, que se mueve”, se quejó Cordero. Y agregó que “si no fuera porque dejé la camioneta justo en ese lugar, el poste caía arriba de la casa. Mi mujer se salvó de milagro. Hace unos días una potranca mía se enredó en un cable y quedó electrocutada; lo mismo le pudo haber pasado a mi mujer, pero acá nadie se hace cargo de nada”.





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