CÓRDOBA (NA, Clarín, La Nación e Infobae.com). Las cuarenta horas de descontrol y caos que vivió esta ciudad, en momentos en que la Policía se encontraba autoacuartelada por un reclamo salarial y bandas de violentos saqueaban locales comerciales y hasta viviendas particulares, dejó un saldo de dos muertos y un centenar de heridos (al menos trece por balazos).Sobre las víctimas fatales se informó que se trataban de un joven de veinte años que falleció ayer por la madrugada de un balazo en el tórax y de un anciano de 85, que murió al descompensarse ante la situación dramática que se vivía en su barrio. El muchacho dejó de existir en el Hospital San Roque, adonde había sido trasladado por conocidos.Tras confirmar la muerte del joven en medio de los saqueos, el director del centro de salud, Daniel Mercado, se quebró en medio de una entrevista radial y rompió en llanto. Primero precisó que el muchacho había ingresado sin vida con una herida de bala en el pecho. “Ingresó anoche a nuestra institución una persona de sexo masculino de veinte años de edad con una herida de arma de fuego en el tórax. No tuvimos oportunidad de asistirlo”, dijo. Segundos después, ante la pregunta del periodista Reynaldo Sietecase en radio Vorterix, no pudo contener su conmoción. “¿Qué se siente en una situación como ésta, de alguien que ha muerto en medio de una refriega por retirar cosas de un supermercado?”, le preguntó el periodista. Entonces, el director del hospital se tomó unos segundos y dijo: “Yo soy médico clínico y cardiólogo y la verdad es que debería ser psiquiatra para poder explicar…”. De nuevo, el silencio. Pero esta vez ya no pudo continuar hablando y se lo oyó llorar del otro lado de la línea.Luego de los primeros actos de vandalismo y pillaje contra los negocios, las autoridades decretaron la suspensión de las clases y la capital provincial amaneció sin transporte público. Los saqueos se iniciaron cerca de las 16 del martes y se extendieron durante la madrugada de ayer, en calles con muy pocos policías, ya que la mayoría permanecían acuartelados por el reclamo salarial. Fue justamente en las primeras horas del miércoles cuando se vivieron los momentos de mayor tensión. El pillaje entonces fue intenso. Los violentos se llevaban de todo: vinos, comestibles, electrodomésticos, cochecitos para bebés, sillas de plástico, colchones. Algunos juntaban las cosas en motos y otros en coches de modelos nuevos.Al mediodía, los robos se volvieron esporádicos en la ciudad de Córdoba, donde su 1,5 millón y medio de habitantes estuvieron en una ciudad sitiada. Las barricadas levantadas por los propios vecinos y comerciantes en los distintos barrios para frenar el avance de las bandas armadas, daban un paisaje similar a Damasco en 2013; Beirut en 1983, Managua en 1979 o La Habana en 1959, cuando los enfrentamientos se daban metro a metro y cuadra por cuadra.“Correte, correte”, le dijo a una clienta, Adrián, un verdulero de barrio Nuevo Poeta Lugones en la zona norte. En la esquina de su pequeño local avanzaba una decena de jóvenes con intenciones de robar los locales de la zona: una panadería, una pollería, una heladería y un almacén.Ni bien llegó a la vereda, el muchacho disparó al aire con su escopeta calibre 16. Y los sospechosos huyeron en desbandada. Pero a la cuadra siguiente, amenazaron con regresar. Y ahí, vecinos del lugar, armados con cabos de asadas, salieron a defender sus viviendas.Mientras que a unos veinte kilómetros de allí, en un centro de distribución del supermercado Vea en Villa El Libertador, en la zona sur capitalina, un incendio consumía el techo del lugar. Y a pocos metros, a menos de una cuadra, un grupo de medio centenar de delincuentes -entre los que llegaban varios en vehículos- esperaba para atacar el lugar y saquearlo. Un discreto vallado policial de menos de veinte agentes, custodiaba el lugar armado con escopetas antidisturbios.Un negociador de la Municipalidad de Córdoba habló con la gente del lugar y les prometió leche, pañales y alimentos; pero además entre los vecinos había delincuentes.En barrio San Vicente, a unas quince cuadras de la terminal de ómnibus y de la Casa de Gobierno, un grupo de saqueadores había copado el supermercado Mami. Media hora después, llegaron al lugar agentes de la Guardia de Infantería y sofocaron el ataque. A la misma hora, a las 12.37, cerca de 7.000 agentes que estaban autoacuartelados en la sede del Comando de Acción Preventiva (CAP) 5 de barrio Cerveceros, abandonaron la protesta y volvieron a patrullar, luego de que su abogado, Miguel Ortiz Pellegrini consiguiera que el gobernador José de la Sota cediera y otorgara un aumento que llevara el sueldo básico a $8.000. Actualmente, ese salario es de sólo $2.500 y en promedio cobran $7.000. Poco después comenzaron las detenciones, que anoche llegaban al centenar.Jóvenes que participaron de los saqueos que se registraron en la ciudad de Córdoba difundieron en las redes sociales sus andanzas e incluso mostraron los elementos que robaron de los diferentes comercios, en medio de la huelga de los efectivos de la policía local. Anoche, se respiraba una tensa calma.





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