POSADAS. Desde la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) consideran que lo más grave es el perjuicio producido hacia las provincias extra-pampeanas (entre ellas el NEA y el NOA) con menor valor de sus tierras, y que son las más necesitadas de la inversión extranjera.Según señala en su sitio Región Norte Grande, la Ley 26.737, que creó el Régimen de Protección al Dominio Nacional sobre la Propiedad, Posesión o Tenencia de Tierras Rurales, está por cumplir su segundo año de vida sin lograr sus objetivos principales ni ser reglamentada por completo.Detallan que el artículo 10º de la misma menciona que las tierras rurales de un mismo titular extranjero no podrán superar las 1.000 hectáreas en la zona núcleo, o superficie equivalente, según la ubicación territorial, y que esa superficie equivalente sería determinada por el Consejo Interministerial de Tierras Rurales, dependiente principalmente por el Ministerio de Justicia de la Nación, que nada o muy poco hizo al respecto.Es importante destacar que por esta causa continúa y persiste la imposibilidad de que un extranjero pueda adquirir más de 1.000 hectáreas en cualquier lugar del país.A modo de ejemplo, si un extranjero quisiera comprar un campo en la zona núcleo estaría realizando una inversión no menor a los US$ 15.000.000, pero si lo quisiera hacer en La Pampa, la inversión por la compra de 1.000 hectáreas no superaría los U$S 800.000 o menos y el tratamiento sería igual para ambos casos.Desde la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales consideran que lo más grave es el perjuicio producido hacia las provincias extra-pampeanas con menor valor de sus tierras, y que son las más necesitadas de la inversión extranjera. La Pampa Húmeda puede esperar, pero la que no puede esperar es la Argentina que necesita de inversión, desarrollo y trabajo. La que no tiene caminos, agua, servicios, la que le cuesta hacerse escuchar.





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