BUENOS AIRES (Especial de NA, por Diego Provenzano). El cordobés David Nalbandian tuvo ayer su despedida definitiva del tenis con una fiesta muy a su estilo: mucho humor, buen tenis junto al español Rafael Nadal, el serbio Novak Djokovic y el tandilense Juan Mónaco, y también su cuota emotiva por haber abandonado el deporte que alimentó su vida.Fueron casi tres horas de un show que con el correr de las horas ganó en efusividad y que sirvió para que casi 10 mil personas ofrenden su reconocimiento al unquillense, en una magnífica cancha de cemento montada en el predio ferial La Rural, del barrio porteño de Palermo.Desde el arranque en primer cambio del single entre Nalbandiany Nadal, que terminó ganando el español 6-3 y 6-4, hasta el doble a toda orquesta en el que cada punto era una escena particular, con Djokovic como actor principal, robándose el centro del acto.Dos números unoLa humildad de los dos mejores tenistas del momento se notó a cada instante, en ningún momento opacaron a Nalbandian, el verdadero protagonista de esta historia, que se divirtió como un chico.Bancándose la calurosa tarde que hubo sobre Buenos Aires, el unquillense hasta dejó jugar a uno de los ball boys, que tuvo su momento soñado con dos puntos jugados frente al número 1 del ránking mundial.David interactuó con la gente, agradeció cuando corearon su nombre y también los momentos en que les recordaron todo lo que dejó por representar la camiseta albiceleste en la Copa Davis, que fue una de sus principales cuentas pendientes.La emoción se condensó en el final, cuando Nalbandian apareció con su pequeña hija Olivia en brazos y junto a sus tres mosqueteros vio un video donde repasaron sus inicios en el tenis con su familia, el proceso hacia la profesionalización y sus principales logros deportivos.David dijo adiós, el público le respondió gracias por todo y él, seguramente, internamente devolvió un hasta luego porque en forma inevitable seguirá ligado al tenis.





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