BUENOS AIRES (Agencias y diarios digitales). Referentes del kirchnerismo salieron ayer a dar sus opiniones en el debate sobre el narcotráfico en Argentina suscitado por el reciente documento de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), “El drama de la droga y el narcotráfico”, que advierte sobre el avance del crimen y los delitos asociados.Uno de los temas de debate es la polémica “ley de derribo” que propuso el emergente Frente Renovador encabezado por el intendente de Tigro y diputado electo Sergio Massa, quien había lanzado esa medida para combatir el narcotráfico.Uno de los primeros kirchneristas en manifestarse al respecto fue el titular de la cartera de Defensa, Agustín Rossi, quien se posicionó en contra del tratamiento de una futura ley de derribo de aviones ilegales. Rossi advirtió que una iniciativa legislativa de esas características significaría la “pena de muerte sin juicio previo” y la “subversión” del Código Penal argentino, ya que "violaría los tratados internacionales que suscribió la Argentina".Pero el ministro fue más allá en su rechazo. Asegura que, de sancionarse una norma semejante, beneficiaría al negocio del tráfico de estupefacientes. “Para una organización narco la Ley de Derribo es una cuota de tranquilidad, porque el piloto que transporta (la droga), si lo encuentran, lo derriban y termina muriendo”, comentó.En este sentido, Rossi subrayó que lo que habría que hacer es lograr que las avionetas que transportan droga aterricen para “apresar al piloto”, lo cual permitiría “conseguir algún dato o información que permita desarmar todo el entramado” del narcotráfico.En la misma línea se pronunció el senador Aníbal Fernández. “No estoy de acuerdo con esa ley porque no estoy de acuerdo con la pena de muerte. Eso es la pena de muerte y sin juicio y además, en lo judicial, la muerte de un criminal no sirve para nada en el ámbito del narcotráfico”, advirtió el legislador. “En Brasil -agregó- hubo una ley que especificamente que permitía modificar el Código Penal brasileño y decía que uno, cuando la aeronave ingresaba y no tenía señales, transformaba a la nave en hostil y podía ser destruida. Lula reglamenta esa medida pero ¿cuántos aviones derribaron? Ninguno. Lo que uno necesita es hacer inteligencia criminal. Decomisar el avion y tirar del hilo para encontrar a los principales narcotraficantes”.Quien se diferenció levemente de ambos fue el gobernador bonarense Daniel Scioli, al asegurar que “es un debate que hay que dar”. “No se trata de andar derribando aviones, lo que se trata es que se desplieguen distintas acciones para que los que tengan miedo sean los narcos”, justificó el gobernador K.A modo de ejemplo, Scioli explicó que en distintos operativos descubrieron cargamentos de droga en un delivery de empanadas, dentro de tablones de madera o camuflados entre productos ortopédicos que se exportaban a Europa. “Son organizaciones que se las ingenian para el mal de una manera muy sofisticada”, insistió. El gobernador aclaró que el avance del narcotráfico es un tema que está en la agenda del Gobierno Nacional y de su gestión. Muestra de ello -argumentó- es que algunas de las bandas que hoy tienen en jaque a Rosario son ramificaciones de delincuentes que fueron acorralados en el Conurbano. Consultada sobre la ley de derribo, la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, aclaró que avalar ese procedimiento significaría violar tratados internacionales de jerarquía constitucional. “Es una especie de condena de muerte sin juicio previo; ante la no aceptación de una voz de alto, que se derribe el avión. No es una solución que va a cambiar demasiado e implica una grave vulneración de derechos humanos”, argumentó.Desde el punto de vista técnico-judicial, Gils Carbó dijo que uno de los puntos más importantes que debe discutirse es el modelo procesal argentino, que a su opinión debería virar hacia un esquema acusatorio en donde el fiscal lleve adelante la investigación y el juez sólo deba dirimir la cuestión. Adelantó que hay un proyecto consensuado que podría llegar a debatirse el próximo año. Gils Carbó vs. FernándezEn medio del debate, la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, cuestionó a quienes impulsan la despenalización de la marihuana “porque es el camino de entrada” a otras drogas. “En más de una oportunidad hay un discurso drogadicto que justifica que un cigarrillo de marihuana no hace nada. Primero que es el camino de entrada para todos los drogadictos y además hay que tomar conciencia del cambio psicológico que es para un chico estar en una nueva adicción cuando debe estar estudiando”, enfatizó la jefa de los fiscales.En diálogo con radio Del Plata, la procuradora General de la Nación hizo hincapié en que la lucha contra las mafias narcos se debe dar en distintos en ámbitos, entre ellos el de la familia, con un discurso “firme y claro” sobre la peligrosidad de las drogas.“Esta semana se habló mucho de radares, de escáneres, pero no todo pasa por un control de fronteras porque sino no entraría la droga a los Estados Unidos. Es una lucha que se da en muchos ámbitos”, aseguró la jefa de los fiscales.Quien se opuso a la visión de la funcionaria judicial varias veces identificada con el oficialismo fue el senador K Aníbal Fernández, quien, consultado por Maximiliano Montenegro en el programa “Al Máximo” que se emite por FM Latina respondió: “Yo no banco ese discurso. Yo banco el discurso de que si alquien consume sustancias, la preocupación del Estado debe ser apuntada a su salud. Ese es mi parecer y es el cambio de paradigma que hicimos en Viena en nombre de la Presidenta de la Nación en el foro más importante en el año 2008. No estamos lejos en el pensamiento. Lo que pienso yo es que al perejil que lo agarran con un faso, al que no incentivo, prefiero cuidarlo antes que meterlo preso. Pero debemos ir por las pirañas que son los que le venden mugre a los pibes nuestros para que consuman. La Corte no habla de legalizar nada sino de despenalizar. Tampoco estoy de acuerdo con legalizar nada”. Ante la pregunta de si la marihuana es la puerta de entrada a la cocaína, el legislador contestó: “No, ese es el viejo objetivo de la política represiva generada en los 70 en Estados Unidos por la administración Nixon. Lo que yo pretendo en ese caso es que si alguien esta con
sumiendo, cualquiera sea la sustancia, debemos acercarnos a los pibes y ayudarlos en lo que necesiten.





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