POSADAS. En promedio, medio centenar de incidentes viales se producen en la capital provincial. Algunos son más graves que otros. Dicen los testigos que durante aquella jornada habría sido un roce, entre una moto y el vehículo particular de un cabo de la Policía de Misiones, lo que desencadenó en una irracional secuencia de furia.A plena luz del día el efectivo (vistiendo su uniforme) descendió de su rodado y tras una breve discusión primero esposó al motociclista, un hombre que tiene 68 años. Luego lo hizo arrodillar y seguidamente le aplicó gas pimienta en los ojos. Con la víctima reducida, en estado de indefensión y adolorido por el químico que lo cegaba, el funcionario policial extrajo un instrumento en forma de bastón que sirve para picanear. Cuando todo parecía haber terminado, el efectivo le aplicó descargas eléctricas en distintas partes del cuerpo al infortunado motociclista. Quizás creyéndose impune, el suboficial se marchó. Se alejó en su vehículo tal vez satisfecho por hacer “justicia con mano propia” o pensando que los testigos no romperían el silencio y sería su palabra contra la del hombre torturado. Pero no contó con un detalle importante: todo esto sucedió frente a una de las sucursales de una conocida cadena de supermercados local, más precisamente sobre la transitada avenida Uruguay. En dicho comercio, existen cámaras de seguridad, que registraron y filmaron todo el violento episodio. Además de la denuncia que radicó la víctima, la Justicia le solicitó a la gerencia del mencionado negocio una copia del video en cuestión. Con esos elementos, finalmente se pudo citar al uniformado a prestar declaración indagatoria. Lo hizo ayer a la mañana ante el Juzgado de Instrucción 2, a cargo del magistrado César Yaya, donde se abstuvo de declarar. No obstante, quedó detenido y a la espera de que se resuelva su situación procesal. Paciente investigaciónCabe agregar que el caso fue denunciado en diciembre pasado. Sin embargo fueron necesarios más de cinco meses de cuidadosa y paciente investigación para finalmente recabar evidencia que permita detener al suboficial. Trámite que se concretó recién ayer a la mañana.Con respecto al acusado, se supo que presta servicios en la comisaría Decimoquinta. Diferencia entre apremios y tormentosEn el Código Penal Argentino, los "apremios ilegales" tienen una pena sensiblemente inferior (1 a 5 años) al de "torturas", delito sancionado con 8 a 25 años de cárcel, equiparable al "homicidio simple". En ambos casos se impone la inhabilitación para ejercer nuevamente los cargos (en el primer delito por el doble de tiempo y en el segundo en forma absoluta). El artículo 144 en su inciso 3° señala que el concepto de tortura comprende no sólo los tormentos físicos, sino también la imposición de sufrimientos psíquicos cuando éstos tengan gravedad suficiente. Es por ello que la situación del suboficial detenido ayer estaría bastante complicada, más teniendo en cuenta las evidencias con las que cuenta la Justicia. Uno de los últimos y más emblemáticos casos, aunque con un final trágico, fue el de Hugo Wasyluk (38), quien fue alojado en la seccional Primera de Oberá el 25 de abril de 2011 a la noche, luego de ser detenido en Villa Bonita. A a las 0.20 del miércoles 27 de ese mismo mes fue hallado muerto en el calabozo número 2 de la mencionada comisaría. Por el caso, que conmovió a la Zona Centro, hay más de una decena de policías procesados por distintas figuras penales, tres de ellos se encuentran detenidos por el delito de “tortura seguida de muerte”.





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