POSADAS. Recordar a Freddie Mercury es pasar por distintos estados de una vida bien vivida, cargada de momentos estridentes: la vida y la muerte, la pasión y el talento, el dolor y las ganas de continuar soñando. Todo eso se pudo ver en la piel del reconocido bailarín Hernán Piquín, que con su capacidad actoral llamó la atención.Cuadros donde el cuerpo de bailarines marcaron notables técnicas, y un mismo Piquín compenetrado en el papel que le marcó trazos importantes en pasos de danza. “Freddie” de Ricardo Arauz fue parte de uno de los espectáculos que nuevamente volvió a convocar en el auditórium del Instituto Montoya. Dos funciones y un público atento que acompañó al bailarín. En ambas oportunidades, Piquín antes del espectáculo solicitó que no se tomaran fotografías, pero también indicó que su pasión es la danza. “Decidí bailar cuando apenas tenía cuatro años, recuerdo cuando se lo dije a mi madre. Entonces tengo una vida dedicada a esta gran pasión. Mi carrera con comenzó con un programa de televisión, entonces toda esa exposición mediática que se está generando no es otra cosa que eso. Agradezco a ustedes por compartir conmigo esta pasión, son los que llenan la sala y le dan vida a mi carrera artística. Desde ya muchas gracias”, dijo emocionado.Detrás de un telón transparente se pudo dimensionar aquel 25 de noviembre de 1991, cuando en Londres velaban los restos del alma de la banda Queen. Con el tema musical “The show must go on”, se pudo ver una íntima y emotiva ceremonia con velas y rosas rojas que recrea su velatorio. En una pantalla de fondo imágenes de archivo muestran la repercusión de su muerte.Así los recuerdos de Zanzíbar en 1954 con la canción “You take my breath away”, donde se refleja en pantalla gigante la infancia de Freddie. En el escenario, una luz ilumina la silueta de Freddie que danza en profunda conexión con aquellos recuerdos.Otro de los tramos emotivos es la representación del cumpleaños con el tema “Killer Queen”, donde los 39 años de Freddie que hace su entrada triunfal con una chaqueta militar y, luego de saludar a los invitados y apagar las velitas de una gran torta, baila el vals con el novio. Y un final con la representación de las cenizas con “We are the champions” y todo un público de pie.




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