ÁMSTERDAM, Holanda (AFP-NA-Medios Digitales). Miles de invitados, entre ellos los miembros de las casas reales europeas, llegaron a Ámsterdam ayer, víspera de la entronización de Guillermo Alejandro como rey de Holanda, de la mano de la argentina Máxima, que será reina consorte.Todo está listo para la fiesta, que se inició por la noche con un baile de Gala en el renovado Rijksmuseum de Ámsterdam. La reina Beatriz dio el esperado discurso un día antes de abdicar al trono.Teñida de naranja -en referencia a la dinastía reinante de los Orange- Ámsterdam se prepara para las celebraciones. El ayuntamiento prevé que más de un millón de personas -vigiladas por 10 mil policías- acudirán al evento, que tendrá un costo de 11 millones de euros.“Será un día histórico en nuestro país ante la presencia de dos mil invitados. Será una fiesta para nuestros ojos y oídos. Estamos ansiosos por compartir esta celebración con el resto del mundo”, señaló el primer ministro holandés Mark Rutte.La ceremonia de hoy comenzará a las 10 locales (5 de Argentina) con la abdicación de la reina Beatriz en el Palacio Real (Dam).Poco después, la monarca, que volverá a ser princesa tras 33 años en el trono, saldrá a saludar desde el balcón a los presentes en la plaza, flanqueada por su hijo y nuera, los nuevos reyes. La hija mayor de ambos, Amalia, pasará a llamarse Princesa de Orange, título de la heredera.Luego dará inicio la ceremonia oficial de entronización de Guillermo Alejandro en la medieval Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva), que ya estaba cubierta de flores de colores, como corresponde en Holanda, donde son símbolo nacional.En esa misma iglesia el primogénito de la reina se casó con Máxima Zorreguieta hace poco más de once años.Vestido de frac y cubierto de un manto real, el príncipe, de 46 años, jurará “ante los pueblos del reino observar y respetar siempre el Estatuto del Reino y la Constitución”.Como explicó la Casa de Orange, en Holanda un “nuevo rey no es coronado, sino investido”.Guillermo Alejandro se convertirá así en el primer rey varón de Holanda de los últimos 123 años. Junto a su esposa, conformará la pareja real más joven de las monarquías occidentales.“Él es un hombre de una nueva generación, completamente preparado para su nuevo papel”, señaló Fred de Graaf, presidente del Senado de Holanda.“Tiene una gran experiencia internacional”, añadió.A la ceremonia asistirán veinte delegaciones de las casas reales del planeta.El último discurso de la reinaSu último discurso a la nación fue emitido en diferido por televisión. En ese momento, la soberana y los futuros reyes, Guillermo Alejandro y Máxima, disfrutaban de una cena de gala con los representantes de las monarquías mundiales en el Rijksmuseum de Ámsterdam. Recién renovada, la pinacoteca fue el escenario perfecto para un mensaje redondo: la sala está lista para el futuro y guarda a Rembrandt y Vermeer, dos tesoros históricos. “Monarquía y democracia”“En estos momentos la Monarquía puede contribuir a fomentar el respeto a la democracia y estimular la cohesión e integración social”, dijo la reina, que hizo después un canto a la unidad nacional simbolizada por la Corona. “En la entronización el rey jura la Constitución para proteger la libertad. Las leyes democráticas son sancionadas por el rey y él estimula la sociedad y a todos sus grupos. El poder o la ambición personal no pueden dotar hoy de contenido a la Monarquía, que sólo puede existir como servicio a la comunidad”, dijo.Argentinos en HolandaPor estos días era usual ver a cientos de argentinos por las calles de Holanda para vivir de cerca la coronación de Guillermo Alejandro y Máxima con una emoción similar a la vivida tras la elección del papa Francisco.Es normal escuchar preguntas en castellano en las calles cercanas a la céntrica plaza Dam: “¿Dónde sería el mejor lugar para ver a Máxima durante ceremonia?” “¿A qué hora es la coronación?” La Maximanía es palpable por estas horas en Holanda.“Lo de Máxima es una maravilla para nosotros los argentinos, después del Papa. Esto es lo más”, comentó Rosa Poggy, un ama de casa de 58 años. Además, Poggy aseguró que vino especialmente desde Buenos Aires junto a una amiga “que no quería perderse este momento por nada del mundo” para vivir este especial día.“Es un cuento de hadas”, añadió otra mujer a la agencia AFP. La plebeya favorita El príncipe pertenece a una generación de herederos consciente de los desafíos que enfrentan las monarquías. Fue uno de los primeros que se casó por amor con una joven sin sangre azul, que además era sudamericana.“Los holandeses han sucumbido a los encantos de Máxima: es inteligente, pragmática y de una simpatía arrolladora”, se entusiasmó De Graaf, presidente del parlamento holandés. La fascinación por la princesa se vive en cada rincón de Ámsterdam y no es exclusiva de los argentinos: tazas, globos, muñecas, tortas, frascos de mermelada y hasta prendas íntimas con la foto de Guillermo Alejandro y la futura reina consorte.Fotos de Máxima y su sempiterna sonrisa en los bares, en las tradicionales florerías y en casi todos los comercios.En su última entrevista de TV como princesa, dijo que, como reina, mantendrá todos sus puestos en las ONG que preside y buscará el tiempo y la energía para convertirse en “una mejor madre”. En la cima de la realeza europeaGuillermo Alejandro de Holanda ha recibido horas antes de su gran día una noticia alentadora: un 69% de la población cree que hará un buen trabajo como rey. El sondeo ha sido realizado por la televisión pública, que en 2012 hizo la misma pregunta y obtuvo un resultado del 59%. Tras años de presentar una imagen poco pulida para un futuro jefe de Estado, el primer monarca varón de su país en más de un siglo atraviesa su mejor momento de aceptación popular.La que ha sido reina de Holanda durante los últimos 33 años se marcha dejando muy alta la popularidad de la monarquía, mientras que Guillermo Alejandro dice recibir la corona con “humildad”. Cualidad apreciada por sus compatriotas en la última entrevista concedid
a como príncipe, el pasado 17. Ahí se ganó a muchos ciudadanos, que vieron también a una princesa Máxima, el mayor activo de la corona, consciente de que pasará a un segundo plano relativo como reina consorte. “Mi marido será rey”, dijo contundente, en la misma charla.Guillermo y Máxima pertenecen a una nueva generación, los llamados reyes del siglo XXI, jóvenes bien formados y educados en prestigiosos colegios y universidades, porque en estos tiempos su trabajo se asemeja cada vez más al de diplomáticos.




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