ELDORADO. “Siempre se escuchaban comentarios respecto de lo que supuestamente sucedía dentro de la prisión, pero es la primera ocasión en que nos encontramos con una denuncia concreta y en condiciones de corroborar al menos una parte de ella”. La frase pertenece a uno de los investigadores asignados a la causa que intentará determinar la gravedad de las irregularidades que ocurrían dentro de la Unidad Penal III, con asiento en Eldorado.La realidad es que las horas pasan y poco a poco, como en cuentagotas, comienzan a conocerse otros detalles del descontrol que se vivía en una de las cárceles más seguras de la provincia, al menos en teoría.Ahora, trascendieron otras circunstancias poco claras que arrojan más leña al fuego. Incluso, el armado de carpas para que “internos vip” pudieran mantener allí encuentros íntimos; creen que a cambio de sobornos.Una situación que, indudablemente, no podría escapar a los ojos u oídos de las autoridades del Penal. Quizás, por esa razón fueron desplazadas.Esta y otras aristas escandalosas aparecen en la denuncia formulada por la esposa de un interno ante la fiscalía de Instrucción 2 de Eldorado, juzgado que es subrogado por el juez penal de Puerto Iguazú, Juan Pablo Fernández Rissi. La comercialización de drogas, la compra-venta de celulares y las sexcarpas forman parte de la trama de corrupción que investiga la Justicia de Eldorado.Fuentes consultadas indicaron que, al parecer, eran los mismos guardias quienes vendían los celulares a los internos, obviamente que a cambio de una determinada suma de dinero.El problema, aparte de lo ilegal, era que los mismos custodios se los quitaban cuando les daba la buena gana y los volvían a vender con otro precio. ConsecuenciasEl escándalo salpicó por el momento a la cúpula de la UP III, que fue forzada a dar un paso al costado y relevada del mando la semana pasada.A esa altura de las circunstancias, se sabía ya del hallazgo de droga en el interior de la prisión. Pero no fue lo único. Durante la requisa, que motivó una denuncia ante Derechos Humanos, se encontraron teléfonos celulares, facas (elementos punzo cortantes de fabricación casera) y cuchillos.La larga lista de irregularidades no termina allí. Una situación grave e ilegal llegó a los oídos de la Justicia. En el penal de Eldorado se permitía la salida de convictos sin autorización judicial, porque en realidad no estaban en condiciones de hacerlo.Si bien, en apariencias, lo hacían para realizar tareas comunitarias, no cumplían con los requisitos mínimos para hacerlo. Entre otras cosas, encontrarse en la etapa de confianza y contar con el respaldo del informe psicológico/psiquiátrico. Una formación que rompió con todo protocoloFuentes de la investigación indicaron que, hace dos semanas, las autoridades penitenciarias llevaron adelante una requisa general en la UP III.En esas circunstancias se habrían secuestrado unos 200 gramos de marihuana, teléfonos celulares y hasta armas blancas.El procedimiento habría tenido estrecha relación con la denuncia que se produjo a posteriori, de parte de la esposa de un interno.Al parecer, el enojo de ella y de otros internos se produjo porque los guardiacárceles habrían sacado al playón central a todos los reclusos, en horas de la noche y a la intemperie.Esa acción y otras habrían motivado denuncias ante la cartera de Derechos Humanos de la provincia.El Juzgado de Instrucción 2 de Eldorado también tomó cartas en este procedimiento. Por eso, entre otras cosas, ordenó el allanamiento de la cárcel el jueves pasado.El objetivo era secuestrar el libro de guardia y novedades para constatar quién y por qué ordenó la requisa de los pabellones. Y lo peor de todo, en circunstancias poco favorables. Fuentes consultadas indicaron que el personal penitenciario era muy inferior al número de reclusos, por ejemplo.





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