BRASILIA, Brasil (Agencias y diarios digitales). Tras los reproches y acusaciones entre los poderes judicial y legislativo brasileños, el líder de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves, invitó a los magistrados al dialogo y buscar un entendimiento.Alves convocó para una conversación el lunes al juez del Supremo Tribunal de Justicia (STJ) Gilmar Mendes, acusado por el presidente del Senado, Renan Calheiros, de injerencia en los asuntos internos de Legislativo.Vamos a dialogar de manera respetuosa, resaltó la víspera el máximo representante de la Cámara, quien inmovilizó igualmente el avance de un proyecto de ley que permitiría al Legislativo derogar fallos del STJ.Se trató de una “inusitada” decisión de la Comisión de Constitución y Justicia de ese órgano, el cual sancionó una enmienda constitucional que autorizaría al ente parlamentario anular las disposiciones del STJ, recalcó.Esa “decisión sorprendió a todos; pedí un estudio sobre el aspecto jurídico en cuestión, pero la Comisión Especial (que debe analizar este proyecto) no se va a instalar pues no hay una definición clara de respeto a la armonía entre los poderes”, subrayó.“No creo tampoco que esa iniciativa, presentada por el diputado Nazareno Fontelles, del Partido de los Trabajadores, sea una represalia por los dictámenes y acciones adoptadas por el Supremo”, aseveró.Este llamado conciliador no significa, empero, un cambio de opinión de Eduardo Alves, quien recalcó que existe una intromisión del Supremo Tribunal en temas parlamentarios.Todo comenzó después de que Mendes emitió el miércoles último una medida cautelar para detener el análisis en el Senado de una polémica propuesta que restringe la actuación de nuevas organizaciones políticas, al considerar que atenta contra el multipartidismo en el país.Ese proyecto de ley impide asimismo a los parlamentarios que cambian de agrupación política utilizar los fondos otorgados por su anterior organización para espacios en la radio y televisión en la flamante tienda política.Según Mendes, esta decisión prevalecerá hasta que el pleno del Supremo decida sobre el caso, cuya fecha de análisis se desconoce.La medida cautelar fue reprochada y dio lugar a la presentación de un recurso de apelación de parte del líder del Senado ante el STJ, pero lo que más irritó al Supremo fue la aprobación de esa resolución que permitiría al Legislativo cancelar fallos del STJ.Esto motivó que el presidente del Supremo, Joaquim Barbosa, declarara a través de su asesor de prensa que esa medida debilitaría la democracia en Brasil.Medios políticos esperan que el lunes próximo se alcance un consenso que establezca las reglas del juego entre esos poderes brasileños, pues de lo contrario la presidenta Dilma Rousseff tratará de mediar para mantener la estabilidad constitucional en el país.





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