PARAJE MONDORÍ, San Pedro. Durante los primeros días de abril y después de tres años de pedidos y reclamos a través de notas y proyectos, la comunidad de la escuela 399 del Paraje Mondorí dijo basta, y en una decisión conjunta ocuparon el establecimiento y suspendieron las clases hasta tanto sus pedidos sean escuchados por el Gobierno y exista un compromiso de solución.Abandonados por las autoridadesLa situación edilicia y mobiliaria de la escuela, que cuenta con una matrícula de 140 chicos, es realmente vergonzosa: apenas dos aulas están en condiciones para el dictado de clases, mientras hay dos (construidas en su momento por los padres) prácticamente destechadas y el nivel inicial se dicta en un salón mínimo y los pequeños deben sentarse sobre cajones de manzanas. Además, durante todo el año, no se habían dictado clases en tercer grado por falta de docente.“Hace años que venimos pidiendo a través de notas y nadie ni siquiera nos responde, así no se puede seguir, en la escuelita llueve adentro por todos lados, necesitamos también una ampliación, con 140 chicos así no se puede trabajar todos amontonados en dos aulas, necesitamos muebles también pues están todos rotos viejos, sufrimos un abandono total por parte de las autoridades responsables, no nos gusta esta medida pero necesitamos que nos escuchen”, nos dijo Julio, un padre y vicepresidente de la cooperadora escolar.Compromisos no cumplidosLa medida decidida entre todos los padres fue cerrar la escuela hasta tanto llegue la solución desde el Consejo de Educación u organismos que se dignen a solucionar los inconvenientes. Tres días después ante la presencia de la supervisora y otras autoridades se firmó una acta compromiso donde se comprometía la solución reclamada por la comunidad: un cargo docente para que los chicos de tercer grado puedan tener clases, la recuperación de la instalación eléctrica (en pésimo estado), el arreglo de las cañerías (que desde que se inauguró la escuela no funcionaban), la ampliación edilicia necesaria y el mobiliario para nivel inicial y las aulas.Sin embargo, desde la firma de ese acta, cuyo plazo de cumplimiento venció hace casi una semana, el único compromiso cumplido fue el del cargo docente, pues la empresa que afirmaron las autoridades iba a presentarse para las ampliaciones necesarias todavía no apareció.Mientras tanto, crece la inquietud y el malestar entre los padres, y uno de ellos de nombre Néstor afirmó a PRIMERA EDICIÓN que “estuvimos tres años mandando notas, tuvimos que llegar a una medida extrema como fue cerrar la escuela para que nos escuchen, y ahora, luego de firmada el acta de compromiso no están cumpliendo ¿Tendremos que volver a cerrar la escuela para que cumplan lo pactado?”El eterno retornoLamentablemente, esta situación se ha repetido infinitas veces en la provincia: lo hemos visto en reclamos de los tareferos, que luego de medidas fuertes como un corte de ruta han firmado un acta y tiempo después han tenido que volver a cortarla para exigir el cumplimiento de los compromisos asumidos, hemos sido testigos de que con el sector docente también ha sucedido y más recientemente con las familias desalojadas de Puente Alto y La Colorada donde luego del corte y el compromiso firmado en la mesa de diálogo fueron violentamente expulsados de sus casas.Da la impresión de que el gobierno firma actas de compromiso con el sólo fin de descomprimir la situación pero sin intención real de cumplir lo pactado, esperemos que este no sea el caso y la comunidad escolar de la 399 no se vea obligada otra vez a suspender las clases.





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