ELDORADO. La prueba química de Luminol (que detecta manchas de sangre humana) dio positivo en el interior del automóvil que manejaba el remisero Miguel Angel Rojas (23), quien fue ferozmente asesinado en vísperas de la Nochebuena. El siguiente paso de los pesquisas será cotejar el ADN o rastro genético que se obtenga con el de la víctima y con el del único demorado en la causa, un sujeto de nacionalidad paraguaya conocido como “Pety” y que habría sido quien hizo una de las últimas llamadas telefónicas al trabajador del volante. Trascendió que el hallazgo de la sangre fue en una de las puertas del rodado, más precisamente del lado del conductor, por lo que no se descartaría ahora que al joven Rojas lo comenzaron a golpear dentro del vehículo (si es que el ADN le pertenece), adelantó una fuente vinculada a la investigación. Estas pericias fueron realizadas el miércoles a la noche, con la presencia de autoridades judiciales. Hasta el momento el único sospechoso detenido por el hecho negó cualquier vinculación con el homicidio, perpetrado en las afueras de Puerto Mado. Al parecer la Policía capturó al individuo tras la declaración de un testigo de identidad reservada, que reprodujo lo que el sospechoso habría contado en una ronda de tragos, respecto de las circunstancias en que el trabajador del volante habría sido secuestrado y asesinado. Claro que ese testimonio debe ser respaldado por elementos de prueba, ya que se trata de la palabra del declarante contra la del acusado. Rojas -era oriundo y con domicilio en Puerto Esperanza- desapareció el 24 de diciembre, a las 15.30, cuando efectuó un viaje a Mado. El Peugeot 405 bordó que conducía y su cadáver fueron encontrados cinco días después, en las afueras de Mado. La víctima fue torturada, empalada y hasta castrada. En un principio se barajó la teoría de un posible móvil pasional, pero la misma perdió peso con el devenir de los días. Ahora, todas las sospechas parecen apuntar a la hipótesis de un homicidio de ribetes mafiosos.





Discussion about this post