En un contexto nacional marcado por la incertidumbre económica, la pérdida de empleo y las dificultades para llegar a fin de mes, la Navidad vuelve a interpelar no solo desde lo religioso, sino también desde lo humano y lo social. En ese escenario, el padre Juan Rajimón invitó a reflexionar sobre el verdadero sentido de esta celebración, proponiendo una mirada que trascienda el consumo y se centre en la fe, la esperanza y la solidaridad.
En comunicación con FM 89.3 Santa María de las Misiones el sacerdote sostuvo que la Navidad no implica la ausencia de problemas, sino una nueva manera de enfrentarlos “cuando la presencia de Dios entra en nuestra realidad”. En ese sentido, definió la Navidad como “la presencia de Dios en la realidad humana”, una presencia que acompaña y fortalece.
Rajimón remarcó que el nacimiento de Jesús es un mensaje profundamente actual: “El niño Jesús nace en la pobreza de Belén y hoy también para nosotros es un Dios que nace en nuestra realidad”, expresó. Esa llegada al mundo, desde la fragilidad, la sencillez y la periferia, genera una cercanía divina que “le da otro sentido a la vida, porque es fuerza, protección”.
Otro de los ejes centrales de su reflexión fue la necesidad de aprender a confiar y soltar el control. “Muchas veces queremos hacer todo con nuestra propia fuerza, nuestra inteligencia y nuestro cálculo”, señaló, y agregó que “cuando uno deja el control, ahí empieza a actuar Dios”.
Rajimón también vinculó el mensaje de la Navidad con la crisis social actual, recordando que los tiempos de Jesús fueron igualmente difíciles. “María y José ni siquiera consiguieron una casa donde vivir”, recordó e indicó hoy el mundo atraviesa “una gran crisis”, con migraciones forzadas, familias desarraigadas y personas que no logran cubrir sus necesidades básicas. Frente a ese panorama, llamó a “no desanimarse, confiar y mantener el espíritu fuerte”.
En ese marco, invitó a cambiar la mirada y valorar lo esencial. “Si uno se queda mirando lo que le falta, se detiene; pero cuando mira lo poco que tiene, la familia, la salud, los hijos, ya es una gran bendición”, afirmó. Para el sacerdote, reconocer esas pequeñas alegrías permite que “las situaciones difíciles no opaquen la alegría de la Navidad”.
Asimismo, destacó la importancia de fortalecer los vínculos personales y familiares, en una sociedad cada vez más atravesada por la virtualidad. “Estamos muy conectados por las redes, pero nos falta el vínculo uno a uno”, advirtió.

Ayudar al prójimo: el verdadero sentido de la Navidad
Por último, Rajimón se refirió a la situación crítica que atraviesan los hogares dependientes de la Fundación de Hogares del Padre Guillermo Hayes, una realidad que, como informó recientemente PRIMERA EDICIÓN, enfrenta serias dificultades para sostenerse y continuar con su labor solidaria.
“La fundación atiende hoy a 52 personas discapacitadas y abandonadas, muchas de ellas sin ningún familiar que las cuide”, explicó, detallando que se trata de personas con discapacidad mental, motriz y adultos mayores que requieren atención permanente las 24 horas.
El sacerdote señaló que, si bien existe acompañamiento estatal, los recursos resultan insuficientes frente al aumento de los costos y salarios. “En esta Navidad estaría bueno una mirada solidaria”, expresó, al convocar a empresas, familias y a la comunidad en general a colaborar.
“Lo poco que sea el aporte siempre ayuda”, afirmó, remarcando que sostener esta obra significa garantizar una vida digna a quienes “no tienen a nadie que los ame ni los cuide”, un gesto que, en palabras del propio Rajimón, resume el verdadero espíritu de la Navidad.









