En Oberá, el nombre de “Beby” no es nuevo para las actas policiales ni para los pasillos judiciales. A sus 32 años, el hombre ya había cumplido una condena de casi tres años de prisión por robo calificado. Tras recuperar la libertad, su regreso a las calles no estuvo marcado por la reinserción, sino por una serie de asaltos que duró exactamente una semana.
Entre el 15 y el 22 de diciembre, comerciantes y vecinos de distintos puntos de la Capital del Monte fueron víctimas de robos cometidos bajo el mismo patrón: rostros cubiertos, amenazas con armas y ataques rápidos. La seguidilla terminó esta madrugada, cuando la Policía logró detenerlo y recuperar parte de lo robado.
El primer golpe ocurrió el 15 de diciembre, en un comercio ubicado en la intersección de avenidas Libertad e Italia. Un joven comerciante de 24 años fue sorprendido por un sujeto encapuchado que, exhibiendo un arma, lo intimidó y se llevó el dinero de la caja registradora. El asalto duró minutos, pero dejó una marca más profunda: la sensación de vulnerabilidad en pleno horario comercial.
Seis días después, el 21 de diciembre, el escenario cambió, pero no el método. Un hombre de 61 años fue abordado frente a su vivienda por un individuo con el rostro parcialmente cubierto, que lo amenazó con un arma de color plateado y le robó un teléfono celular de alta gama.
La secuencia se completó el 22 de diciembre, cuando un joven de 21 años denunció que había sido interceptado la noche anterior en calle La Rioja. Bajo amenazas de muerte, el agresor le sustrajo una mochila y un celular, para luego escapar.
Cámaras, rastreos y un error clave
El cierre de la investigación llegó por una combinación de análisis de cámaras de seguridad privadas, tareas de inteligencia y un factor recurrente en este tipo de delitos: el mercado informal de celulares. Los investigadores lograron rastrear uno de los teléfonos robados hasta el barrio Caballeriza. El otro había sido vendido, en un movimiento que terminó por delatarlo, a un familiar.
Con esos datos, efectivos de la Policía de Misiones montaron esperas programadas y cerraron el cerco. A las 1.45 de la madrugada, en la intersección de Brasil y Maipú, el recorrido terminó. En el procedimiento se secuestró una pistola de aire comprimido, similar a la utilizada para cometer los robos, y se recuperaron elementos sustraídos a las víctimas.
El detenido quedó alojado en la Comisaría Seccional Primera, nuevamente a disposición de la Justicia. Para “Beby”, la libertad volvió a ser breve.





