La producción de frutas tropicales en Misiones atraviesa una etapa de definiciones: mientras la cosecha de sandía se extiende con buenos rendimientos tras un inicio de ciclo complejo, la producción de ananá intenta recuperarse de las pérdidas ocasionadas por las inclemencias climáticas del invierno. A través de la conformación de microcuencas y la preservación de semillas criollas en el caso del melón, el sector busca garantizar el abastecimiento local y competir con la fruta proveniente de Brasil y Corrientes.
Sandía: lluvias y estabilidad
En la provincia, la producción de sandía tiene su epicentro en el Valle Cuña Pirú, zona que concentra a unos 45 productores dedicados a este cultivo. Sin embargo, la geografía productiva se expandió hacia localidades como San Vicente, Jardín América, San Pedro y Pozo Azul.
Al respecto, Lucas Lombardo, productor de sandía de Ruiz de Montoya, dialogó con PRIMERA EDICIÓN y explicó que el ciclo actual estuvo marcado por la inestabilidad meteorológica inicial: “Las sandías primicias se siembran en el mes de junio; tuvimos un invierno muy lluvioso que complicó a la producción de primicia principalmente”. Según indicó, el exceso de humedad “afecta directamente a la planta porque atrae muchas enfermedades y atrasa el desarrollo”.
Pese a este escenario, la mejora en las condiciones climáticas permitió iniciar la cosecha de primicias el 28 de octubre. Actualmente, la producción tardía muestra un comportamiento superior. “Hoy está lloviendo cada diez días y tenemos una temperatura óptima. La producción de sandía necesita temperaturas superiores a 18 grados para que el desarrollo y la maduración de la fruta sean rápidos”, detalló Lombardo. Las estimaciones indican que la zafra en la cuenca del Cuña Pirú se extenderá hasta enero de 2026.
Ananá: mermas por heladas y cambios
La situación de la producción de ananá en la zona norte de Misiones presenta matices diferentes debido al impacto de las bajas temperaturas. El productor de Colonia Aurora, Víctor Dermer, calificó, en una entrevista con este Diario, que “este año fue clave” debido a la severidad de las heladas que afectaron gran parte de las plantaciones.
“En la familia del ananá, somos cuatro productores y entre todos llegaríamos, más o menos, a 25.000 frutas porque heló mucho y retrasó bastante”, precisó. Esta contingencia climática, sumada a las dificultades operativas, provocó un desplazamiento de los colonos hacia otros rubros. “Lo malo es que va a faltar producción, casi todos se volcaron a producir otras cosas como sandía o ganado”, indicó.
Para Dermer, el potencial de la provincia requiere de un acompañamiento integral: “Tenemos que empezar a rever y realizar relevamientos para poder seguir produciendo. Misiones es potencia, aunque hay muchas trabas. Una provincia, para que sea potencia, tiene que apostar y conseguir mercado. Ojalá que desde la política nos ayuden”, concluyó.
Producción de melón
El melón también ocupa un lugar relevante en la comercialización de banquina, especialmente sobre la Ruta Provincial 7. Según los datos aportados por Lombardo, existe una convivencia de métodos de cultivo: “Un 30% de los productores utiliza variedades híbridas, mientras que el 70% restante mantiene la tradición del melón criollo”.
“Ese es el melón tradicional de la zona, el melón amarillo que tiene un buen olor. La mayoría de los productores guardan semillas del año anterior, rescatan la semilla del melón que está más lindo y con mejor tamaño para plantar el próximo año”, describió el productor de Ruiz de Montoya. No obstante, señaló que esta variedad tradicional es más susceptible a las condiciones de radiación solar intensa que se registran en esta época.
Fortalecimiento del mercado interno
El objetivo principal de los productores es consolidar el consumo de fruta misionera para reducir la dependencia de los ingresos desde Brasil y Corrientes. La presencia de sandía, melón, zapallo y choclo en las ferias y fiestas provinciales es vista como un paso necesario para fortalecer la economía del colono.
“Es importante que toda la provincia desarrolle este tipo de producción, porque así se fortalece al productor misionero y favorece a que el consumidor nuestro pueda consumir una producción de la provincia”, concluyó Lombardo.









