A once años del estudio anterior, la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR) dio a conocer la actual situación de consumo de sustancias psicoactivas entre los estudiantes secundarios del país y los resultados son alarmantes: el único consumo que bajó es el cigarrillo, el resto siguió en aumento, especialmente el alcohol, los energizantes y los psicofármacos.
El estudio reveló que el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida -al menos una vez en la vida- entre los estudiantes secundarios (70,5%). Luego siguen las bebidas energizantes (67,5%) y, en menor medida, el tabaco (35,8%) y la marihuana (15,9%). El 5,9% de los estudiantes declaró haber consumido al menos una vez psicofármacos (tranquilizantes y/o estimulantes) sin prescripción médica. El resto de las sustancias presentan valores inferiores al 5%: tranquilizantes sin prescripción médica (4,5%), cocaína (3,7%), solventes/inhalables (3,5%).
“No recurren a las familias”
“Queda evidenciado en el estudio que los alumnos que tienen problemas de consumo no recurren a sus familias, porque en su mayoría recurren en primer lugar a sus amigos, en segundo lugar está la figura de la madre y el padre recién aparece en tercer lugar. De hecho, según expone el informe, la mayoría de los adolescentes no vive con el padre”, señaló el funcionario en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
“Nos representa”
Según confió Padilla, “los datos del estudio nacional representan lo que sucede en la provincia. Esta semana compartí los resultados con las autoridades de Educación y me hablaron de su preocupación por el tema del consumo, que no solo se ve en los alumnos sino también en los docentes”.
En este sentido, Padilla advirtió que el aumento del consumo de sustancias psicoactivas “atraviesa a toda la sociedad, no solo es un problema que afecta a los adolescentes”. Indicó además que la brecha entre hombres y mujeres “se está equiparando, pues antes los varones lideraban por lejos los porcentajes de consumo y hoy la brecha se redujo y hombres y mujeres están casi en un mismo nivel de consumo”.
Gran mesa de trabajo para 2026
Padilla anticipó que para el2026 planea convocar a una gran mesa de trabajo, “tenemos que escuchar a todos porque si tuviéramos la receta, ya lo hubiéramos resuelto. Es un problema que atraviesa a todas las instituciones de la sociedad, incluidas las familias. También tenemos que pensar qué hacemos en los ámbitos laborales, cómo trabajamos con las personas que consumen, qué sucede en las fuerzas de seguridad, en las comunidades de fe… por eso creo que debemos hacer una mesa de trabajo, discutir políticas de prevención… para poder dejar de correr detrás del problema”.
Acciones focalizadas no alcanzan
En este contexto, señaló que si se reduce a focalizar las acciones a los estudiantes secundarios “cuando ese pibe sale de la escuela vuelve a un contexto que puede favorecer o no, refuerza o no, naturaliza o no determinadas conductas. Muchas veces vemos en el Centro de Prevención que los padres quieren que sus hijos salgan adelante pero resulta que siguen poniendo una botella de vino todos los días en la mesa, siguen fumando… y así es muy difícil que sus hijos puedan salir de la adicción sin tener esa red de contención”.
Para el Ministro, el 2026 tendrá a las adicciones en el centro de la agenda porque “la crisis económica y el contexto nacional inciden en que la gente busque este tipo de sustancias para tratar de evadir sus problemas”.
Mundo laboral y adicciones
Indicó que hay un mayor número de consultas desde la conducción de instituciones tanto públicas como privadas, “hay muchos grises en relación a los certificados médicos de las personas que consumen. ¿Es un problema de salud? ¿La ausencia del trabajador con problemas de consumo debe sancionarse? Lo cierto es que hay reglamentos que habilitan la posibilidad de la sanción, pero cuando se toman este tipo de medidas con personas con problemas de consumo no se puede obviar que están transitando una enfermedad. El consumo a veces deriva en un problema de salud mental o ya estaba el problema de salud mental y derivó en el consumo… en vez de discutir qué estuvo primero, si la gallina o el huevo, unificamos la guardia de Salud Mental en el Centro de Prevención de Adicciones”, argumentó.
Finalmente, admitió que el problema de las adicciones en el ámbito laboral es muy complejo no solo para la patronal sino también por los riesgos que implica para terceros, “hay lugares donde esa persona cumple una tarea riesgosa para sí y para terceros, maneja un auto o está en un tendido eléctrico, está en el área de seguridad o frente a un aula, es un médico… por eso, no podemos mirar sesgadamente ni en forma estigmatizante”.





