Ana Laborde
Profesora de Yoga
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¡Aaaah! Qué bienestar completo disfrutamos al finalizar la sesión de Yoga. Aquí y ahora permanecemos sentados en la colchoneta y buscamos la lecturita habitual. En el último párrafo leído el Dr. Deepak Chopra nos decía: “La incoherencia individual produce un estado de caos, confusión y conflicto. A partir de ese estado, que todos hemos conocido, los problemas del mundo surgen tan indefectiblemente como el día sigue a la noche”. Ahora seguimos leyendo: “Cuando le preguntaron a J. Krishnamurti cómo podría evitarse la guerra, él respondió con profundidad: ‘Cambia tú. Tu ira y violencia son la causa de todas las guerras’. El mundo ha permitido que la incoherencia se propague como una pandemia. Ahora debemos probar si la coherencia puede producir el efecto contrario: terminar con el caos, los conflictos y la confusión en una escala global”. Reflexionamos unos instantes y seguimos leyendo:
“Siempre hemos sabido que dependemos unos de los otros para nuestro bienestar emocional y físico. Un comentario negativo de otra persona puede provocar un caos físico en tu cuerpo; un comentario positivo puede convertir el caos en armonía. Emociones como el amor, la compasión, la empatía y la alegría devuelven el cuerpo a un estado de equilibrio conocido como homeostasis, en que se activan los mecanismos de autorreparación, dando como resultado la sanación biológica. Si mantuvieras dicho estado de bienestar y yo estuviera cerca de ti, reaccionarías del mismo modo. Mi fisiología reflejaría la tuya”. Sí que nos hace reflexionar el Doctor. Seguimos leyendo:
“La verdad subyacente parece innegable: mi felicidad puede sanar a otra persona tal como me sana a mí. La contribución más importante que puedo hacer para la sanación de nuestro planeta es ser feliz. Al propagar esa felicidad en donde quiera que vaya, suscito una respuesta sanadora”. Con sus sabias palabras resonando en nuestra mente, ponemos el señalador y cerramos el libro porque debemos retirarnos. Namasté.








