La actividad hotelera tradicional de Misiones atraviesa su peor año desde la pandemia, con “una ocupación promedio anual que no llega al 25% y una caída real del 40% anual respecto del nivel mínimo necesario para la sustentabilidad del sector”.
Así lo reflejó el presidente de la Asociación Misionera de Bares, Restaurantes, Hoteles y Afines (AMBRHA), Martín Oria, quien en diálogo con PRIMERA EDICIÓN advirtió que el crecimiento explosivo de edificios destinados al alquiler temporario generó un escenario “totalmente desleal” para los prestadores formales.
“Cuando tuvimos un fin de semana largo, o algún tipo de evento convocante, la gente optó masivamente por el alojamiento informal. Esa es mi lectura de lo que pasó este año con nuestro sector para explicar la caída”, puntualizó.
Para dimensionar el impacto, Oria señaló que “un hotel de referencia como el Julio César no puede bajar del 70% de ocupación anual para vivir, pero este año ha estado ocioso” en ese promedio.
Y luego detalló: “La diferencia entre la ocupación real anual del 25%-30% y el piso técnico del 70% deja un agujero operativo que se traduce en una caída del 40% de actividad” por debajo de la mínima que necesita un hotel para seguir en actividad”, insisto.
Preferencia del viajero
Consultado sobre la decisión que toma el turista, Oria reconoció que “en general el turista consume ambas ofertas, pero cuando la recesión lleva a una caída de la demanda, el que se ve afectado realmente es el hotel que tiene estructura fija como tal, con personal en blanco y una estructura que mantener por la cual tributa”, sostuvo.
Y lo comparó con el alquiler temporario de departamentos o quintas, que no tributan como establecimientos hoteleros, no tienen personal formalizado ni controles de seguridad y generan “una asimetría que vuelve imposible cualquier equilibrio económico” para los hoteles tradicionales.
“La persona dueña del departamento o la casa solo paga expensas, luz y limpieza. Nada de las obligaciones que tiene un hotel”, denunció.
Además, destacó que en Misiones no existe una regulación efectiva que ordene el alquiler temporario y si bien hay registros puntuales en algunos municipios o habilitaciones temporarias para eventos específicos, la actividad cotidiana no está normada.
“Esa actividad es totalmente informal, porque no existe ninguna regulación en Posadas ni en la provincia”, alertó.
Otras experiencias
Para reforzar la gravedad del fenómeno, Oria mencionó que en centros turísticos internacionales ya comenzó a revertirse la permisividad hacia estas plataformas de contratación de alojamiento. Citó como ejemplo la normativa reciente de Nueva York, que “prohibió la publicación de departamentos en aplicaciones cuando no cumplen los requisitos formales; y la medida de Milán, que sanciona con multas de 400 euros el uso de candados digitales sin entrega personalizada de llaves al pasajero que alquiló por aplicación”, sostuvo.
“Los grandes centros turísticos del mundo están retrocediendo por la problemática que trae la informalidad del alojamiento, independientemente de los problemas económicos que arrastra consigo, porque en el caso de New York también empezó a fundir a la hotelería. El Gobierno de ese estado se dio cuenta que es más importante recaudar impuestos que permitir que propietarios empiecen a alquilar sus casas sin control”, acotó.
No obstante, pese a la complejidad coyuntural, el dirigente empresarial remarcó que la prioridad de los hoteleros sigue siendo evitar despidos.
“El hotelero no despide gente de un día para el otro: se endeuda hasta que la cosa se pueda nivelar o ya no se pueda más”, añadió, y contó que cuando la situación es extrema, las empresas presentan procedimientos preventivos ante el Ministerio de Trabajo para ser reconocidas como “firmas en crisis” y obtener reducciones temporales en cargas sociales, para no desprenderse del personal.
Oberá: 240 días al año casi sin turistas pese a la gran oferta
Para el presidente de la Cámara de Turismo de Sierras Centrales y propietario del complejo Cabañas del Parque, Nicolás Ostrorog, quien dialogó recientemente con este Diario, una de las razones por las cuáles se agudiza la caída de visitantes en los destinos no tradicionales es la forma en que se promociona Misiones. El reclamo presentado recientemente ante el Ministerio de Turismo propone dejar de mostrar la provincia por atractivos aislados Iguazú, Moconá, San Ignacio, Posadas y comenzar a presentarla en circuitos completos.
“Todos los colegas están preparados durante todo el año, pero falta mejorar la oferta y la coherencia en la promoción”, había dicho.
Para el dirigente, otro factor que afecta la competitividad son los precios comparativos con Brasil. Ostrorog explicó que muchos destinos brasileños ofrecen tarifas en reales que resultan más atractivas y estables para el turista regional.
En sintonía con Martín Oria, Ostrorog especificó que a la ya alicaída demanda se suman los alquileres irregulares locales, que compiten sin cumplir normas de higiene y seguridad: “En el peor de los casos tienen servicios muy malos, con olores cloacales, escaleras peligrosas, riesgos de gas o electrocución. Para eso está la municipalidad, para la fiscalización, que también hemos pedido”.
“No pedimos que mermen los controles sobre los registrados, sino que avancen sobre los que no lo están”.
“El hotelero en Oberá tiene cerca de 60 días de ocupación plena al año: Fiesta del Inmigrante, Navidad, Año Nuevo, Semana Santa y algunos eventos puntuales, unos 40 días de ocupación media y entre 240 y 260 días prácticamente vacíos”.





