El inicio de diciembre volvió a encender el clásico impulso por “llegar bien al verano”, una tendencia que este año se combina con las altas temperaturas y con la proliferación de productos que prometen descensos rápidos de peso.
En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, el deportólogo Horacio Melo advirtió que lo que no se trabajó en 10 u 11 meses “no puede resolverse en uno o dos” y que forzar el cuerpo en pleno calor puede derivar en complicaciones severas.
Según el especialista, el aumento de consultas y la urgencia por lograr resultados inmediatos se repite todos los años, pero en esta temporada la situación es más delicada. “Con 35 grados de temperatura y sensación térmica que puede superar los 40 si se hace actividad física, entrenar sin preparación es muy peligroso”, alertó.
Además, Melo apuntó contra la oferta de métodos exprés para reducir peso: dietas extremas, ayunos sin supervisión, inyecciones y productos que prometen bajar la panza en 20 días. Recordó que estas prácticas, difundidas sobre todo en redes sociales, no están reguladas y pueden causar arritmias, trastornos de conducta, hipertensión o desvanecimientos, entre otras consecuencias.
“Las redes sociales se convierten en grandes enemigas. Hoy lo vemos muchísimo en el culturismo: gente joven que muere por sustancias… diuréticos, anfetaminas, ansiolíticos, hormonas tiroideas… un cóctel”, apuntó.
Empezar sí, pero con controles y metas realistas
Frente a la consulta habitual —si es posible “llegar” al verano empezando en diciembre—, Melo fue tajante: “No llegás. Es imposible y peligroso”. Sugirió en cambio fijar metas alcanzables, como reducir dos kilos de aquí a fin de año, y planificar un proceso de seis meses para cambios profundos.
Esto significa que alguien de 80 kilos puede aspirar a perder 8 kilos en medio año, no en cuatro semanas. Las metas exageradas —como las de quienes “tienen un evento en noviembre y quieren bajar 7 u 8 kilos”— son directamente peligrosas, apuntó. Las mismas, aseveró Melo, puede traer “arritmias, trastornos de conducta, hipertensión, desvanecimientos”, dijo.
El deportólogo recalcó que el primer paso debe ser un control clínico: laboratorio, electrocardiograma, prueba de esfuerzo y evaluación de presión, glucosa y colesterol. Recién después, pensar en un plan de actividad física, ya sea en un gimnasio o al aire libre.
Para quienes opten por caminar, correr o entrenar en espacios abiertos, recomendó evitar los horarios de mayor calor, usar ropa clara y liviana, mojar la gorra o la cabeza, llevar agua y no comenzar con sesiones de una hora, sino progresar de a poco para prevenir calambres, mareos y deshidratación.

El rol clave del gimnasio y la masa muscular
Por otra parte, Melo también insistió en la importancia del entrenamiento de fuerza: “El músculo es sinónimo de salud”. Explicó que, a partir de los 35 años, el cuerpo atraviesa un proceso fisiológico llamado sarcopenia, que provoca la pérdida del 1% de masa muscular por año.
“Quien no hizo nada llega a los 60 con hasta 30% menos de masa muscular, pero con trabajo en gimnasio puede mantener un estado similar al de los 40”, precisó.
El profesional remarcó que fortalecer el cuerpo no solo mejora la estética, sino que previene lesiones, estabiliza las articulaciones y contribuye al bienestar psicológico.
También remarcó que muchos gimnasios no exigen certificado médico, pero debería ser obligatorio presentar uno: “El gimnasio hoy es una necesidad… La única forma de mantener masa muscular es con trabajo de pesas”.
Por último, Melo fue contundente respecto a los métodos milagrosos: “Las pastillas o drogas nuevas no te garantizan que no vuelvas a engordar si no cambiás hábitos”. El verdadero desafío, sostiene, es adoptar un estilo de vida distinto, que combine buena alimentación, actividad física sostenida y acompañamiento profesional.
Recomendó el siguiente plan para quienes desean comenzar:
Profesional primero:
– Chequeo
– Laboratorio
– Electrocardiograma
– Prueba de esfuerzo
– Control de presión, azúcar, colesterolArmar un proyecto de seis meses, con actividad física progresiva.
Elegir entorno: gimnasio si se puede; si no, caminar en la costanera, pero evitar las horas de más calor.
Precauciones: ropa liviana, preferentemente blanca; mojarse la cabeza; llevar hidratación.
Progresión del entrenamiento:
“No empezar con 1 hora de golpe. 20 minutos, mañana 30, después 40… hasta llegar a 60”.




