El Subdirector de Bomberos de la Policía de Misiones, comisario mayor Daniel Espíndola, pidió a la población “extremar los recaudos” ante el incremento del riesgo de incendios en gran parte de la provincia. Explicó que, pese a la lluvia del fin de semana, el índice volvió a niveles preocupantes y la situación obliga a reforzar la prevención.
En diálogo con FM de las Misiones, repasó el comportamiento del último mes y describió un escenario muy inestable. Recordó que noviembre cerró con “alrededor de treinta y seis salidas” por incendios en pastizales, malezas y zonas forestales. Detalló que el foco principal de esas intervenciones se dio en “la zona sur, centro y parte noreste” del territorio misionero.
El jefe policial señaló que las precipitaciones del domingo permitieron un alivio transitorio, aunque breve. “Lo que hizo fue bajar el índice al día lunes” a bajo, explicó. Sin embargo, remarcó que ese descenso duró poco. “Si hoy miramos día cuatro de diciembre, ya vemos nuevamente color amarillo”, afirmó, en referencia al mapa que actualiza diariamente el Ministerio de Ecología.
Ante ese cuadro, el comisario mayor insistió en un pedido firme dirigido a toda la comunidad. “Instamos a la ciudadanía a que no realice quema, está totalmente prohibido realizar todo tipo de quema”, expresó. Subrayó que incluso una actividad menor puede desencadenar daños extendidos, porque la vegetación presenta una condición engañosa.
“La pastura a simple vista está verde, pero la parte de abajo está totalmente seca”, puntualizó.

El hábito de prender fuego en los patios familiares sigue siendo una preocupación. Aun así, Espíndola admitió que la situación mejoró respecto de años anteriores. “Ha bajado un gran número eso”, señaló sobre la quema de basura, hojas y ramas. Aunque observó que todavía persiste “una pequeña cantidad de personas” que vuelve a encender residuos apenas cae algo de lluvia. “Una pequeña chispa se propaga rápidamente”, advirtió.
El comisario recordó lo ocurrido durante las sequías severas de 2020, 2021 y 2022 y marcó una diferencia clave con el presente. “No hemos llegado a ese punto todavía. Por eso todo es controlable”, expresó. Sin embargo, insistió en evitar descuidos mínimos, desde una colilla mal apagada hasta brasas mal extinguidas después de un asado. “Comencemos a cambiar ese hábito”, pidió.
Destacó además que la ciudadanía hoy responde más rápido cuando visualiza un foco. “Cuando ve un pequeño foco automáticamente llama al sistema de emergencia 911”, celebró. Esa reacción inmediata, explicó, permite activar de manera veloz el trabajo de brigadas en cada jurisdicción.
Sobre la capacidad operativa, Espíndola detalló que Bomberos de la Policía cuenta con “dieciséis cuarteles distribuidos a lo largo y a lo ancho del territorio provincial”. También mencionó que tienen “unidades de rápido ataque”, vehículos de distinto porte y equipamiento específico para incendios de campo. Señaló que el combate se complementa con apoyo aéreo. “La provincia cuenta con helicópteros que permiten mitigar, bajar la temperatura y aplacar para que los brigadistas terminen sofocando”, explicó.
Recordó, asimismo, que toda intervención se coordina de manera conjunta entre distintas áreas provinciales para evitar que los focos se expandan hacia zonas rurales o de difícil acceso. En ese sentido, rememoró operativos desarrollados en años anteriores en puntos críticos de difícil acceso. “Se direccionaba el fuego para que los brigadistas en tierra podamos combatirlo”, contó.
Espíndola también recordó que la prohibición de quemas está respaldada por un marco normativo específico. “Está en plena vigencia la resolución 20/20”, señaló. Indicó que, cuando el Ministerio de Ecología emite el índice de peligro extremo, se labra un acta formal ante cualquier individuo que realice quemas, lo que inicia un procedimiento legal. “Se pone en conocimiento a la persona que lo hizo, una vez que se ha individualizado”, explicó.





