En un diciembre marcado por las recorridas anticipadas en busca de precios para las fiestas, las pescaderías de Posadas muestran un panorama inesperadamente positivo. “Estamos muy bien, hay productos y no hubo grandes subas”, contó Marcos Alastuey, dueño de una pescadería con 26 años de trayectoria en la ciudad, en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones.

Según explicó, durante los últimos meses los incrementos fueron mínimos: “Todo muy chiquitito… apenas por el incremento de precios y el flete, pero no hubo grandes aumentos”. La clave, destacó, es que hay buena cantidad de mercadería, algo que tranquiliza al consumidor en esta época.
Si bien diciembre no es el mes de mayor venta para el rubro, los clientes comenzaron a acercarse para preguntar precios y opciones para Navidad y Año Nuevo. Aun así, Alastuey aclaró que “la gente no hace reservas en esta época porque el pescado no es lo que más se busca para fin de año; eso queda para los que están habituados a comer pescado”.
Las ventas fuertes llegarán en enero, cuando comienzan a arribar turistas: “Se trabaja mejor enero que diciembre”, afirmó.
Al ser consultado acerca de cuál es el producto estrella, Alastuey sostuvo que sigue siendo el filet, que “es lo que más rinde” y la gente lo está pidiendo cada vez más. Pero en estos días también aumentaron las consultas por dorado, surubí, boga y pacú.
Entre los más pedidos aparece la boga, un pescado muy valorado por su sabor, rendimiento y precio, “está 10.500 pesos el kilo. La tengo entera, al medio o cortada para frito, todo al mismo precio”, detalló.
El sábalo, económico y muy utilizado para frito o parrilla, se vende a 7.500 pesos. En este aspecto -el económico- Alastuey fue claro: “El surubí es el único que tiene un costo más elevado”, aunque insistió en que, incluso así, sigue siendo accesible si se lo compara con la carne. “Es solamente pulpa; le llega solo la pulpa a la gente. Está 18.000 el kilo”. El dorado, por su parte, ronda los 11.500 pesos.
A pesar del contexto económico, el comerciante aseguró que las ventas mejoraron respecto al año pasado porque el pescado no aumentó tanto como otros alimentos, especialmente la carne.
“La gente lo ve como una opción económica. Un filet de primera, sin espinas, vale 10.500 pesos. No tiene comparación con ninguna carne”, comentó.
Incluso los medallones de pescado, que ofrece a “precio súper económico”, mantuvieron el movimiento y ayudaron a que las ventas no bajen. Según dijo, en épocas difíciles lo clave es “achicar un poco el margen de ganancia, usar la imaginación y adaptarse”.
Alastuey también remarcó que la situación del sector varía según el tipo de comercio. “En pescadería no tengo muchos colegas. Hay carnicerías, verdulerías o distribuidoras que venden pescado, pero yo vendo solo pescado. Esa es la diferencia”, subrayó.
Con orgullo contó que lleva 26 años en el rubro, siempre como negocio familiar: “Trabajo con mi hija, me ayuda mi señora. No tengo empleados. Por eso podemos abaratar un poco” y destacó que “el negocio prácticamente no se cierra nunca”.
Finalmente, sobre los aumentos respecto al año pasado, afirmó que fueron moderados. “Una merluza que el año pasado estaba 8.000, hoy está 10.000. No es una barbaridad”. Para Alastuey, la clave está en “buscarle la vuelta” y sostener el stock disponible.




