Con una nueva declaración del exintendente Arnoldo Schoenfisch (64), donde se autoincriminó nuevamente pese a ser una de las víctimas, y el relato técnico de dos peritos que analizaron las evidencias de balística en la causa, se reanudó ayer el juicio oral y público que se le sigue en el Tribunal Penal de Eldorado a Pablo Schoenfisch (23), por el crimen de su madre Faustina Antúnez (57) y por herir gravemente a su padre.
En el marco de la séptima jornada de debate, se incluyó la declaración por lectura de una médica de la tía y abuela del imputado, como así también se escuchó a Cristian Schoenfisch, quien se encuentra en silla de ruedas.
Estos últimos testimonios no aportaron mayores datos al caso que se juzga, y se pasó a un cuarto intermedio hasta mañana, cuando se escuchen desde las 8.30 los alegatos de las partes y muy posiblemente se conozca la sentencia.
En el caso del exjefe comunal de Santiago de Liniers, Arnoldo Schoenfisch, la fiscalía solicitó que se remita lo que declaró ayer a la Fiscalía en turno de Eldorado, a los fines de ser investigado por presunto falso testimonio.
Vale recordar que el mismo agente fiscal e incluso la jueza de Instrucción 1 ya desestimaron en su momento su presunta autoría en el hecho, que se remonta a la madrugada del 14 de mayo de 2020.
Es que Arnoldo ya confesó la autoría del crimen de su esposa al inicio del debate y anteriormente en una escribanía.
Según la investigación en la instrucción de la causa, ese día, Antúnez y su pareja, Arnoldo, fueron baleados en la cabeza mientras descansaban en su vivienda de Santiago de Liniers. La mujer murió en el acto y el hombre sobrevivió, sin embargo, tuvo secuelas gravísimas, como quedar ciego. Su hijo Pablo fue detenido a las pocas horas y, entre las evidencias que hay en su contra, la policía incautó un par de guantes con restos de pólvora hallados en la habitación donde pernoctaba.
Se cree que les disparó con un revólver calibre 38 que según testigos utilizaba para cazar palomas y hacer tiro al blanco. El motivo para los pesquisas: supuestas restricciones de los padres hacia el hijo por su mala conducta y permanentes discusiones.

“Injerto mal diseñado”
A pedido de la defensa, el exalcalde brindó testimonio ayer y contestó varias preguntas, sin embargo, al ser interrogado por el fiscal Federico José Rodriguez, negó haber dicho frases como “Pablito se mandó una cagada” el día del hecho y otras del mismo tenor contra su hijo en reuniones que mantuvo con otros testigos estando internado e incluso cuando le dieron el alta. Hasta trató de “mentirosos” a todos quienes refirieron haberlo escuchado mencionar que su hijo pudo estar involucrado.
Al momento de relatar lo sucedido, se volvió a autoincriminar, por lo que el juez Atilio León frenó su testimonio, debido a que no se podía continuar con el debate mientras una persona esté en el banquillo y otra se esté autoinculpando.
Un dato no menor es que antes de eso, Schoenfisch declaró casi por tres horas. En ese sentido, el fiscal Rodríguez acusó a la defensa de “armar una estrategia o esquema” basado en la autoincriminación del exintendente y que todo ello era un “injerto mal diseñado”.
Luego fue el turno de los peritos, quienes contestaron todas las preguntas de las partes y del Tribunal. El licenciado en Criminalística, Rubén Rodríguez Do Santos, expuso durante más de una hora. Fue el perito de parte de la defensa, quien hizo el informe y sacó sus conclusiones basado en el expediente, ya que no estuvo en la escena del hecho. Para el forense, Schoenfisch presentaba un impacto de bala “de derecha hacia la izquierda, a muy corta distancia”. Para el disparo que recibió Antúnez, “el tirador tendría que haber estado en la cama prácticamente sentado a su lado para tener ese ángulo. Que también fue a muy corta distancia, como lo relató el médico”, indicó el perito.














