Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA) trazó un panorama crítico sobre la situación de las pequeñas y medianas empresas al afirmar que el año cierra con “una recesión más profunda” y con un derrumbe de la actividad que se agrava mes a mes. En diálogo con FM de las Misiones planteó que el problema central sigue siendo “la falta de competitividad” y la creciente entrada de productos importados que, según describió, llegan “a precio subsidiado” y desplazan la producción nacional.
Rosato sostuvo que la economía está atravesada por un fenómeno que definió como “importación de mano de obra”, porque cada artículo que ingresa desplaza empleo local. Indicó que el país registra el cierre de “entre veintiocho y treinta empresas por mes” y que en los últimos dos años ya se contabilizan “diecinueve mil seiscientas empresas menos y trescientos trece mil puestos de trabajo formales que se perdieron”.
El dirigente afirmó que CGERA anticipó este escenario y recordó que habían advertido que el año terminaría con “trescientos mil trabajadores menos”, una cifra que ya fue superada con los datos disponibles. Explicó que la información proviene de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo y lamentó que el Gobierno Nacional “no recibe” a las entidades del sector. En su visión, la falta de diálogo impide construir consensos para devolver dinamismo al aparato productivo.
Durante la entrevista insistió en que la industria nacional enfrenta una competencia desigual. Señaló que ingresan bienes de consumo masivo, maquinaria, herramientas, equipos y vehículos que presionan sobre la actividad interna. Mencionó particularmente al textil, que opera con “treinta y seis por ciento de capacidad instalada”, y al automotriz, donde las importaciones crecieron “más de ciento cincuenta por ciento”. También afirmó que incluso grandes compañías del acero “se quejan porque no pueden competir”.
El dirigente analizó el clima político y señaló que parte de la sociedad mantiene expectativas sobre el Gobierno Nacional. Atribuyó esa postura al temor frente a una eventual devaluación o aceleración inflacionaria. Expresó que “la gente está comprometida en dólares” y que ese factor influyó en la última elección. Aunque subrayó que muchas personas no comparten la orientación oficial, afirmó que “el apoyo político” registrado en las urnas le otorga al Ejecutivo una cuota adicional de respaldo.
Rosato relató además las gestiones fallidas para obtener reuniones con el ministro de Economía, Luis Caputo. Afirmó que pidieron audiencia “en tres oportunidades” y que siempre fueron derivados a funcionarios de menor rango. Recordó que uno de ellos, Pablo Lavigne (Secretario de coordinacion productiva) había repetido la frase de un industrial que sostenía que “la mejor política industrial es la que no existe”. Para el titular de CGERA esa afirmación resulta “grave y lamentable”, porque provino de un responsable del área productiva.
El empresario insistió en que la desregulación arancelaria profundiza los desequilibrios. Señaló que el Gobierno “está bajando los aranceles a los importadores” mientras la industria local no puede absorber los costos internos. Explicó que esa combinación alimenta una pérdida creciente de actividad y que varios rubros ya enfrentan cierres, suspensiones o endeudamiento creciente.
En la recta final del año, puso el foco en las obligaciones salariales. Comentó que algunas empresas podrán pagar el aguinaldo, otras deberán hacerlo “en cuotas” y un sector aún indeterminado directamente “no lo va a poder pagar”. Por ese motivo, adelantó que CGERA elabora un relevamiento para precisar qué ramas están más comprometidas.
Para aliviar la situación, planteó una serie de medidas inmediatas. Entre ellas mencionó la necesidad de “financiamiento blando” para cubrir el aguinaldo y esquemas de compras con tarjeta de crédito “sin interés” que reanimen el consumo. Dijo que no se trata de pedidos extraordinarios sino de decisiones básicas para sostener a las PyMEs. “No somos incompetentes”, enfatizó, y añadió que la crisis no deriva de falencias empresariales sino de un contexto que “permite importados a precio dumping”.





