Misiones volvió a mostrar un retroceso marcado en la construcción y se consolidó este año entre las provincias más afectadas por el ajuste nacional. Los datos recientes del IERIC confirman que el sector no logra detener la pérdida de empresas ni de puestos de trabajo y exhibe una dinámica más negativa que la del promedio argentino, en un contexto atravesado por la paralización de la obra pública, la recesión privada y la incertidumbre económica generada por las políticas del Gobierno nacional.
El informe señala que en octubre la provincia tuvo 349 empresas constructoras y subcontratistas en actividad, frente a las 364 registradas un año atrás. La contracción interanual fue de 4,1%, con bajas tanto en las firmas constructoras como en las subcontratistas.
El número total implica que Misiones mantuvo apenas 1,9% de participación en el país, sin variación respecto de 2024, aunque con un retroceso propio que se agrava al compararlo con la tendencia nacional.
El documento agrega que, si se amplía el análisis a los últimos dos años, la provincia acumula una caída del 21% en la cantidad de empresas, una de las más profundas del país.
La dinámica laboral muestra un deterioro aún mayor. En septiembre se registraron 4.853 trabajadores en la construcción, lo que representó una merma mensual del 3,2% y una baja interanual del 24,2%, una de las más pronunciadas entre las jurisdicciones evaluadas por el IERIC.
El salario promedio llegó a 881.525,7 pesos, con un incremento del 37% en un año. Sin embargo, medido frente a la inflación regional del IPC, el poder adquisitivo mostró una mejora real del 3,7% interanual y del 13,5% acumulado, un avance que no logró compensar la pérdida de empleo.
Entre abril y septiembre la caída fue sostenida: de 5.291 puestos en abril se pasó a 4.853 en septiembre, encadenando cuatro meses consecutivos de retrocesos y acumulando un descenso del 8,9% en lo que va del año.
Con estos valores, Misiones quedó con apenas 1,4% del total de trabajadores del país y se ubicó nuevamente en el grupo de provincias con peor desempeño.
Causas
La explicación del derrumbe tiene relación directa con las políticas de ajuste implementadas por el Gobierno nacional. La paralización casi total de la obra pública bajo el argumento de que el Estado no debe construir dejó sin continuidad proyectos esenciales que sostenían el empleo local.
Rutas, viviendas, saneamiento, infraestructura escolar y hospitalaria, obras hídricas y edilicias quedaron detenidas, dejando a las empresas contratistas sin contratos y recortando la actividad en municipios y provincias que dependían del financiamiento nacional.
La recesión impactó también sobre el sector privado. La devaluación, la suba de costos, las tasas elevadas y el derrumbe del consumo frenaron por completo las obras particulares. El sector de la construcción, históricamente sensible a los ciclos económicos, fue uno de los primeros en sentir el ajuste.
Las inversiones se postergaron, los desarrollos inmobiliarios se redujeron y las ampliaciones o refacciones domésticas se ralentizaron por la caída del poder adquisitivo de las familias.
La incertidumbre macroeconómica de los primeros meses de la gestión nacional profundizó este proceso. La falta de certezas sobre el tipo de cambio, el freno a los créditos hipotecarios y la expectativa de prolongación de la recesión afectaron la toma de decisiones.
El documento del IERIC muestra que el NEA volvió a tener el desempeño menos favorable del país, con una caída mensual del 3,7% en septiembre.
En la comparación interanual, Misiones se ubicó entre las tres provincias con peor resultado, solo superada por Santa Cruz y La Rioja.





