Nancy Hryb y Katerine, madre y hermana de Pablo Martín Arredondo, reaccionaron ayer al acuerdo de juicio abreviado que evitó sentar en el banquillo de acusados del Palacio de Justicia de Misiones a los seis acusados. Dialogaron con PRIMERA EDICIÓN para resaltar que están totalmente en contra de lo resuelto por el Tribunal Penal 1, encabezado por el juez Gustavo Bernie quien aceptó el cambio de calificación y la suspensión del debate pautado con inicio para el jueves 4 de diciembre.
Los seis jóvenes acusados por la muerte de Pablo Arredondo en un departamento del centro posadeño en febrero de 2020, acordaron ante la fiscal subrogante del Tribunal Penal 1, María Laura Álvarez, penas de entre 18 y 16 años de prisión por “homicidio simple en ocasión de robo”, artículo 165 del Código Penal Argentino.
Para Oriana Saucedo (24) y Brisa Torres (24) como “partícipes secundarias” y Alan William Saucedo (26) como “coautor”, 16 años de prisión efectiva. El monto mayor, 18, alcanzó a Elías Nahuel Trinidad (26) y Miguel Ángel López (25) como “coautores” y en cuanto a Juan Alberto Barrios, hoy de 22 años, admitió su responsabilidad porque al momento del delito era menor de edad, por lo que será la jueza de Menores 1, Marcela Leiva, quien resuelva la sanción bajo el régimen respectivo.
“Mucha bronca”
Katerine Arredondo desde febrero de 2020 enfrenta el reclamo por esclarecimiento y justicia, y lo recalcó con firmeza desde su hogar en la ciudad de Lanús, provincia de Buenos Aires: “Están jugando con la familia de Pablo, ya habíamos dicho que no aceptábamos un juicio abreviado, queremos un juicio digno y que los condenen a los seis”.
“El Tribunal Penal 1 no nos consultó nada, esto es una cargada, tenemos mucha bronca porque era obvio que nos íbamos a oponer a un abreviado por 18 y 16 años de pena cuando los seis estaban acusados por delitos de prisión perpetua”.
Respecto a este punto, calificación del crimen, el debate del 4 de diciembre estaba pautado para que los seis acusados respondieran por “homicidio doblemente calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa”, que contempla como veredicto condenatorio la prisión perpetua.
Katerine explicó: “El viernes hicieron todo rápido a propósito, la fiscal y el tribunal. No nos consultaron nada pero igual sabían que nos oponíamos a bajarle la calificación a los seis y a un acuerdo que en poco tiempo los va a tener a todos en la calle (…) También pensábamos que los jueces del Tribunal Penal 1 iban a rechazar el acuerdo de la fiscal, pero tampoco eso ocurrió. Perdimos toda la confianza”.
“Hace casi seis años que me imagino lo que sufrió Pablo, millones de formas de cómo lo golpearon y estrangularon hasta matarlo. Esperábamos el juicio para poder tener un duelo, para poder cerrar la etapa de una vez. Ahora todo se complicó aún más, es más dolor y eterno”, agregó y se preguntó con la misma e inocultable angustia: “¿Tan pocos años para tanta prueba? Parece una cargada lo que nos hicieron pero da muchísima bronca, es mucho más fuerte que enojo. Los seis planificaron el robo y matarlo, los seis fueron, están todas las pruebas en el expediente.
“Todo este tiempo confiamos en la Justicia de Misiones y ahora se burlan de nosotros que luchamos para que se esclarezca el hecho. Confiamos pese a las suspensiones del debate que nos avisaban sobre la hora y con los pasajes y estadías pagados para asistir. Tuvimos que cambiar dos veces todo”.

Sin duelo y “sin justicia”
Nancy Hryb habló desde Avellaneda, Buenos Aires. Está consternada desde el viernes por el drástico desenlace judicial que ofreció la fiscal María Laura Álvarez, subrogante del TP-1, afirmó: “Le mandé un mail a la Fiscalía el jueves (27 de noviembre) un día antes del abreviado, lo juro por mi hijo, donde manifesté que estaba en contra de un acuerdo de juicio abreviado. Por supuesto que vamos a apelar, a rechazar todo esto, por supuesto”.
“La familia es querellante en la causa y con las valijas preparadas nos suspendieron el juicio. Ya en septiembre lo postergaron y ahora con esta locura de abreviado”.
“No voy a bajar los brazos porque lucho por mi hijo, lucho por Pablo y por la justicia que corresponde. Le pedí a la Fiscalía un juicio verdadero, yo necesito una condena justa para los seis. No velé a mi hijo, mi familia no tuvo duelo, nada y ahora ni siquiera un juicio oral. Es inexplicable el dolor que se siente”.

Golpes y estrangulamiento
Pablo Martín Arredondo fue atacado durante la madrugada del miércoles 19 de febrero de 2020 en el edificio de calle Colón, entre La Rioja y Entre Ríos, frente al colegio Roque González. Los vecinos escucharon gritos de una discusión. Después sobrevino el silencio y siguió el descanso. Cuatro días después, el domingo 23, los olores cadavéricos fueron denunciados por los inquilinos al propietario. Llegó la policía, el dueño les abrió el departamento y sobre la cama hallaron el cuerpo en descomposición del comerciante bonaerense de 37 años.
La investigación de la Dirección Homicidios fue intensa y señaló que el crimen se cometió para robarle el dinero que Arredondo tenía para comprar un vehículo. Lo golpearon y ahorcaron con un cinto. En agosto del 2023 la Cámara de Apelaciones confirmó la elevación a juicio firmada por el juez de Instrucción 3, Fernando Luis Verón.
Respecto a las evidencias, las cámaras de seguridad de comercios de la zona captaron los rostros de las personas que salieron del edificio luego del crimen. Entre ellas estaba una joven que aparentemente era pareja de Arredondo.
La víctima fatal se dedicaba a la compra-venta de vehículos. Oriundo de Lanús, visitó varias veces Posadas y decidió afincarse. Días previos, viajó con una de las acusadas a visitar a su familia en Buenos Aires. Regresaron con el dinero para adquirir un vehículo.
Ese era el botín por el cual fue asesinado, según indicó la Justicia en la etapa inicial. Intentaron sedarlo con ketamina, un anestésico de uso veterinario. Arredondo sospechó que le estaban por robar e intentó defenderse.
Previamente habían estado de festejo en un pub del centro posadeño y siguieron la diversión en el departamento de calle Colón. Lo que él no supo fue que una de las chicas le contó sobre el dinero guardado a los demás implicados.
Hubo un complot: las dos chicas en el departamento, dieron aviso al resto para robarle el dinero. Tras el ataque, de los seis sospechosos cinco se fueron hacia Buenos Aires. Pocos días después, todos fueron detenidos.





