La nueva asamblea realizada este último jueves al costado de la Ruta Nacional 14, en San Vicente, dejó expuesta una fractura interna entre los productores que atraviesan la crisis yerbatera. A diferencia del encuentro anterior en Campo Grande, donde cerca de un centenar de colonos resolvió frenar la zafriña de diciembre, la reunión de ayer concluyó con una postura menos uniforme y un acuerdo más flexible ante las urgencias económicas de muchas familias rurales. La reunión se concretó después de varios días de tensión en la actividad, marcada por cheques impagos, precios por debajo de los costos reales y el agravamiento de la situación tras las decisiones del Gobierno nacional que dejaron al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) sin capacidad de intervención.
El cónclave encontró a productoresde San Pedro, Eldorado, El Soberbio, Fracran, 25 de Mayo, Pozo Azul y San Vicente (entre otras localidades) ; exfuncionarios del INYM y legisladores provinciales de la oposición, tanto en ejercicio como electos. La ausencia más notoria fue la de funcionarios del Ministerio del Agro, quienes fueron invitados a participar, pero se asusentaron.
La Asociación Misionera de Productores de Yerba Mate (Ampym) había señalado en la convocatoria que “la situación se volvió insostenible” y que el sector atraviesa un deterioro acelerado: el valor oficial de $423,99 por kilo de hoja verde no se cumple y en varias localidades se están pagando apenas $180, un monto que no cubre ni la cosecha.

La multiplicación de cheques rechazados dejó a muchos colonos sin liquidez y con deudas que crecen semana a semana.En ese contexto, el primer punto tratado en la asamblea fue la propuesta de un grupo de diputados opositores presentes para convocar a sus pares y solicitar que la Legislatura declare la emergencia yerbatera en Misiones. La idea fue sometida a debate y finalmente obtuvo la aprobación de los presentes, quienes coincidieron en que la situación actual amerita un tratamiento político urgente.
Según lo expuesto, la caída de los precios y la ruptura de la cadena de pagos colocaron a miles de familias rurales en riesgo de quebranto.El segundo punto fue el más discutido: qué hacer con la cosecha de diciembre y con la zafra gruesa de verano.
Desde hace una semana, productores distintos municipios venían sosteniendo que no estaban dadas las condiciones para iniciar los cortes ante la falta de pagos y el incumplimiento generalizado del precio mínimo. Sin embargo, también aparecieron voces que advirtieron que muchos productores necesitan vender algo para sostener gastos básicos. Esa tensión quedó reflejada en San Vicente.

Finalmente, por mayoría, la asamblea resolvió sugerir al resto de los colonos de la provincia cosechar la menor cantidad de hoja verde posible, evitando un levantamiento normal de la zafriña mientras no exista una respuesta concreta sobre precios y cheques atrasados. La postura busca enviar un mensaje fuerte a la cadena industrial sin desconocer que parte del sector necesita generar ingresos mínimos para sostener a las chacras.
Conflicto
El trasfondo de la crisis estuvo presente durante toda la asamblea. Desde la aprobación del Decreto 812, que terminó de quitarle al INYM la capacidad de fijar precios y regular cupos, el sector quedó librado a un mercado definido por los grandes molinos.
La preocupación no es nueva. En la asamblea de Campo Grande, realizada días atrás, ya se había expuesto el temor a iniciar la cosecha sin garantías de precio ni de pago. Allí, cerca de un centenar de colonos advirtieron que el escenario actual empeoró respecto del año anterior y que la falta de intervención estatal dejó al sector en manos de operadores que pagan por debajo incluso de los costos de cosecha. No obstante, a diferencia de lo ocurrido ayer, en esa oportunidad se votó por frenar la zafriña, como un método de presión para que los secadores mejoren el valor de la materia prima







