El empresario frigorífico Alberto Samid afirmó que el vínculo comercial que impulsa el Gobierno con Estados Unidos genera inquietud en el sector cárnico porque involucra volúmenes crecientes de exportación en un contexto de menor disponibilidad de hacienda. Durante una entrevista en FM de las Misiones sostuvo que el país atraviesa un deterioro profundo y que la situación impacta directamente en la mesa familiar. En ese marco expresó que el tradicional asado de cada fin de semana se encuentra en riesgo por la combinación de factores productivos y económicos que golpean al mercado interno.
Samid señaló con preocupación que la actividad comercial se derrumba en distintas regiones. En ese sentido, aseguró que observa una retracción evidente en los supermercados mayoristas con los que trabaja y sostuvo que cada semana disminuye el nivel de compra. En su explicación remarcó que “el país está muerto” y agregó que “nunca lo vi tan mal”. Según su mirada el consumo se desplomó porque la gente visita los negocios pero gasta menos y esa conducta se repite en cualquier rubro.
En relación con un posible acuerdo comercial o con Estados Unidos que involucre a la carne, manifestó que la medida perjudica a la Argentina porque la producción vacuna se achica. El empresario indicó que el rodeo nacional pasó de cincuenta y cinco millones de cabezas a alrededor de cincuenta y una y comparó esa caída con la expansión ganadera de Uruguay, Brasil y Paraguay. Subrayó que “cada vez tenemos menos ganado” y explicó que el proceso productivo es lento, a diferencia del cerdo y el pollo que pueden multiplicarse con mayor velocidad.
El entrevistado advirtió que la combinación de menor hacienda y mayor demanda internacional presiona los precios hacia arriba y complica el abastecimiento local. En esa línea afirmó que “el asadito está muy en peligro” y que ya no observa “el humo” de los fines de semana. Para fundamentar su postura mencionó que el stock mundial se reduce mientras que países con mejoras económicas se incorporan al consumo vacuno, lo que genera tensión permanente sobre los valores.
Samid amplió su diagnóstico económico y sostuvo que desde el inicio de la gestión actual cerraron miles de pequeñas empresas. Aclaró que esta crisis golpea a todos los niveles y que incluso grandes compañías de alimentos recortan personal y registran balances negativos. A su entender no existe un solo sector que pueda afirmar que se mantiene estable y describió un escenario donde la totalidad de quienes se dedican a la industria, el comercio o la producción expresan dificultades crecientes.
Durante la conversación planteó que la política nacional se concentra en cuestiones financieras y no en herramientas vinculadas al trabajo o la fabricación. En su relato recordó momentos históricos en los que, según su visión, se destruyó el mercado interno mediante el ingreso masivo de productos importados. Marcó que actualmente se observan mercaderías del exterior en góndolas de cadenas grandes y sostuvo que ese fenómeno perjudica a las pymes porque desplaza la actividad local.
El empresario afirmó que esa experiencia ya ocurrió en gobiernos anteriores y que siempre terminó mal porque, al deteriorarse la capacidad productiva, también se reduce el empleo y luego cae el consumo. Como ejemplo mencionó episodios en los que protestó públicamente contra la presencia de alimentos importados y repasó situaciones similares que, según su criterio, afectaron a la industria nacional en distintas épocas.






