
Lo que niegas te somete, pero aquello que ves y le das entidad también te somete porque le estás dando fuerza de verdad.
El tema es poder observar desde la neutralidad y solamente podemos pasar a la neutralidad en el momento exacto en el cual nos rendimos a la realidad y la podemos ver tal y como es, es así como le quitamos fuerza y cobra sentido la frase: Sí a todo tal y como es, no como rendición sino como una comprensión activa.Sí te veo, pero ya no tienes poder ¡sobre mí!
Cultivar la neutralidad es estar en el presente y poder elegir es estar equilibrado ante los obstáculos.
Cultivar la neutralidad es poder observarlos para poder crear una nueva realidad y como somos secuenciales al intervenir ante algún factor que nos tenía atados, atrapados o aprisionados podemos crear una nueva realidad hacia adelante.
Una secuencia nueva con un fin diferente. Solamente podemos modificar aquello que vemos y ante lo cual nos rendimos porque al rendirnos le quitamos su poder, no como una rendición pasiva sino como una aceptación activa.
Cuando digo: “¡Sí a todo tal y como fue!”. Cuando digo: “Te respeto y te doy tu lugar”, me estoy dando la posibilidad de dar la vuelta y elegir, pero no sin antes primero ver cuál fue el inicio, el punto cero del error y elegir algo diferente saliendo de la repetición.
Mirar, enfrentar y rendirme es la salida y la resolución porque ese obstáculo es una oportunidad, una posibilidad de cambio donde el miedo se disuelve cuando lo puedo enfrentar y resignificar. Nada puedo cambiar si primero no lo miro. Nada puedo modificar si primero no lo asumo.
Al mirar tengo la posibilidad de elegir y elegir también es un acto de empotramientos que nos llevará hacia la construcción de otra realidad.
Es así como podemos ir transformando nuestra realidad, no desde la intervención que muchas veces interfiere, sino desde la comprensión y toma de conciencia activa desde donde abrimos una nueva secuencia.
Es la comprensión y toma de conciencia la que nos lleva a otro estado y eso nos lleva a un nuevo desafío.
Luego, poder sostener ese estado de conciencia en el día a día nos requiere una maestría que se irá desplegando de acuerdo a la entrega, al propio proceso y observación de tu accionar.
Ese ajuste diario de nuestro cuerpo, esa calibración de nuestras emociones y pensamientos es un trabajo diario, no es perpetuo, es diario y además son ajustes milimétricos que requieren atención y compromiso.
De ese sostener tu conciencia en el diario vas a depender tu próximo paso en tu vida. Esto se llama aceptar tu poder de evolución desde el autogobierno.
Ya no serás víctima ni tampoco encontrarás culpables fuera. Ya no hay castigo. Solo la responsabilidad de tus propias acciones.





