La incertidumbre domina el panorama salarial de la construcción. La mirada de la economía nacional se posa sobre la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), cuya negociación paritaria para noviembre no solo definirá el ingreso de miles de albañiles y obreros, sino que también suele sentar un precedente para otros sectores productivos del país.
Al ser una actividad que depende de los vaivenes macroeconómicos -desde la inflación hasta las decisiones políticas-, el sector de la construcción funciona como un termómetro social. La UOCRA, como garante de las condiciones laborales, se encuentra en el centro de la escena, buscando un nuevo acuerdo con las cámaras empresarias en un entorno de alta volatilidad.
A nivel local
No ajeno a la realidad nacional, Héctor Vallejos, secretario general de la UOCRA Seccional Posadas, dialogó con PRIMERA EDICIÓN y detalló un panorama de la situación, haciendo hincapié en los desafíos que impone el Gobierno nacional a las negociaciones colectivas y a la “amenaza” de una reforma laboral.
Al respecto, Vallejos destacó la importancia de las paritarias para obtener mejoras, pero alertó sobre los obstáculos actuales: “Todavía estamos discutiendo las leyes paritarias para las mejoras salariales, pero aún son rumores que tienen que ver con los anteproyectos de la reforma que plantea el Gobierno en los distintos ámbitos”.
El dirigente gremial fue contundente al señalar el “techo” que el Gobierno impone a los acuerdos, incluso cuando “el diálogo con la patronal podría marcar mejores resultados. Hoy el Gobierno pone un techo en todas las actividades de acuerdo a lo que ellos consideran la inflación, más allá de que a veces con el sector empresarial no se puede discutir por encima de lo que plantea la inflación, que eso es todo ficticio, porque en realidad las cosas suben mucho más, pero bueno, no te homologan un acuerdo por encima de eso”, lamentó.
Según indicó Vallejos, esta traba administrativa afecta a “muchos rubros que tienen atrasadas las paritarias, porque justamente está acordado con el sector empresarial, pero no homologado por el Ministerio de Trabajo y la Secretaría de Trabajo de la Nación”.
En ese sentido, el gremialista de la UOCRA Posadas defendió el rol sindical ante la posibilidad de una reforma que restrinja los derechos adquiridos. Según señaló, el eje de la discusión, respecto a la capacidad del obrero para negociar “no es menor”.
“Uno de los puntos fundamentales es cuando se le saca a la organización gremial la potestad de discutir el salario. Creo que ningún trabajador está en condiciones de discutir el monto del sueldo con su empleador, por los condicionamientos y las diferencias de posicionamientos, porque ahí se da la precarización laboral y el famoso ‘te pago lo que quiero’”, indicó.
Además, advirtió que la eliminación de la negociación colectiva “podría llevar a que se discutan los otros beneficios, incluyendo el aguinaldo, la forma de pago de las vacaciones y los beneficios convencionales”.
Caída de la actividad y salarios vigentes
Vallejos también compartió a este Diario los números que rigen actualmente para el sector en la Zona A, señalando que la actividad “se encuentra en caída”, aunque existe una “reactivación de obra privada”, porque se da mucho la “precarización laboral, el trabajo de cuenta propia y demás”.
Al respecto, los valores vigentes corresponden al último acuerdo del primero de agosto, donde el Básico Mensualizado (Sector de Obra) tiene un valor aproximadamente de 662.260 pesos, y el Oficial Especializado (Jornada por Hora) aproximadamente 5.002 pesos por hora. A estos montos se suman beneficios convencionales como el 20 por ciento de presentismo y adicionales por especialidad (sanitario, electricidad, etc.).
Al ser consultado sobre el número que el sindicato buscará para noviembre, el gremialista comentó que, ante la realidad inflacionaria y a pesar de las estimaciones oficiales, de entre 1% y 2% de inflación: “Consideramos que, más allá de lo que diga la inflación, el básico debería superar, por lo menos, casi llegando al millón de pesos”.
Finalmente, el dirigente sindical concluyó que la situación es de “incertidumbre” y, ante la desconfianza en la “levantada de mano” de los políticos, la UOCRA asume que “vamos a tener que arreglarnos solos y poner la cara solos”.









