El consumo en Misiones sigue mostrando señales de una contracción profunda, atravesada por el ajuste económico del Gobierno nacional y la caída del poder adquisitivo de los hogares.
Según el último informe elaborado por Politikon Chaco en base a datos del INDEC, las ventas en supermercados de la provincia se desplomaron un 27,1% en términos reales respecto de 2023, cuando se produce el recambio de Gobierno, lo que convierte a la tierra colorada en una de las jurisdicciones más afectadas del país.
El estudio refleja que, durante agosto de 2025, el total de ventas en los supermercados misioneros alcanzó 24.603 millones de pesos corrientes, pero con una baja interanual del 7,7% frente al mismo mes del año pasado. El resultado contrasta con el promedio nacional, que mostró una leve suba del 0,3% en términos reales, y con las subas observadas en provincias como Neuquén, Río Negro o Catamarca. Mientras la Nación exhibe un estancamiento generalizado del consumo masivo, Misiones profundiza su caída.

En el acumulado enero–agosto de 2025, las ventas reales apenas se contrajeron 1,9% frente al mismo período de 2024, pero si la comparación se extiende a 2023, el retroceso es mucho más fuerte. Solo Formosa, con una baja del 36,8%, presenta un deterioro más severo que el misionero.
De esta manera el consumo provincial quedó “muy por debajo” de los niveles prepandemia y que la política de ajuste y recorte del gasto público impulsada por el Gobierno nacional impacta de manera directa sobre el circuito económico local. En ese contexto, la parálisis de la obra pública, la pérdida de empleos formales y la licuación de los salarios generan lo que varios analistas llaman el “efecto motosierra” sobre la demanda interna.
A nivel país, la Encuesta de Supermercados del INDEC muestra que el consumo lleva cinco meses consecutivos de caídas mensuales desestacionalizadas, aunque las variaciones interanuales todavía son levemente positivas.
La tendencia revela que el aparente repunte observado a comienzos de 2025 se fue disipando ante la persistencia de la inflación y la caída de los ingresos reales.
El estudio detalla además que más del 70% de la facturación nacional en agosto provino de rubros con caídas interanuales, en su mayoría vinculados al consumo básico: almacén (-2,2%), bebidas (-2,3%), lácteos (-3,1%), artículos de limpieza y perfumería (-8,1%) y verdulería (-10,2%). En cambio, crecieron sectores como indumentaria (+23,2%) y carnes (+21%), lo que muestra un consumo muy selectivo y desigual.
En el caso misionero, el deterioro del poder de compra se suma a los mayores costos logísticos y a la pérdida de competitividad frente a los precios paraguayos. La diferencia cambiaria volvió a incentivar las compras transfronterizas en Encarnación, donde los alimentos y artículos de limpieza se consiguen entre un 20% y un 40% más baratos que en Posadas.
Los datos también reflejan un cambio estructural en los patrones de consumo. Frente al encarecimiento de los productos de primera necesidad, muchas familias reducen la frecuencia de compra o migran a segundas marcas, y crece el peso de los rubros no esenciales en la facturación, como la indumentaria o los alimentos preparados.
A nivel acumulado, la comparación 2025-2023 evidencia la magnitud de la crisis del consumo. De las 25 jurisdicciones relevadas, solo Neuquén muestra una mejora real (+2,5%). El resto continúa por debajo de los niveles de hace dos años, lo que confirma que el ajuste prolongado deterioró la capacidad de compra en casi todo el país.







