Los cuatro testigos que se presentaron a declarar ayer, uno de ellos ausente con aviso el día anterior, volvieron a sus trabajos y hogares sin siquiera jurar que dirían la verdad. Aguardaron desde las 8 hasta pasadas las 10, algunos de ellos vestidos con traje, cuando fueron comunicados que estaban liberados porque defensores y Fiscalía acordaron, ante el pedido del presidente del Tribunal Penal 2, Gregorio Augusto Busse, desistir de sus voces para intentar esclarecer lo sucedido durante la madrugada del 19 de julio de 2014, cuando Carlos Raúl Guirula (33) terminó sin vida con los pulmones perforados por costillas rotas, entre otras lesiones, tras un procedimiento de detención en un motel de Posadas.
La quinta jornada, de las catorce agendadas, solo sirvió para analizar la lista que el fiscal del TP-2, Vladimir Glinka, presentó el miércoles 22 de octubre (segunda audiencia) con los nombres de todos los testigos de los que decidió prescindir de citación para los siguientes días de producción de prueba.
El juez Busse y los vocales Fernando Luis Verón y Miguel Mattos solicitaron el detalle que ofreció el fiscal y lo puso a consideración de los defensores de los seis policías acusados de “tortura agravada seguida de muerte y ocultamiento de pruebas”. Uno de los abogados de la defensa aceptó la propuesta y fue aún más allá: “No solicitamos ningún testigo tampoco”.
De la cantidad de testigos con que se inició el debate el martes 21 de octubre, 63, se retiraron 31 personas ayer y se aguarda que hoy se defina la nueva agenda para reiniciar la semana que viene el debate, ya con una veintena de citados.
Fuentes contactadas por PRIMERA EDICIÓN estimaron que la próxima semana se tomarán las declaraciones y la siguiente se realizarán los alegatos y veredicto, tomándose el jueves 13 de noviembre como posible último día.
Los encartados en este expediente son la oficial Lourdes Beatriz Tabárez y los suboficiales Ricardo Rafael Escobar, Carlos Alberto Zidorak, Carlos Alberto Da Silva, Lucas Nahuel Saravia Allosa y Claudio Marcelo Servián.
El hecho tuvo lugar minutos después de las 3 en un motel de la intersección de las avenidas Santa Catalina y Andresito de la capital provincial. A esa hora, Guirula y dos amigos intentaban retirarse y se inició una fuerte discusión con un encargado del lugar, por una deuda de 104 pesos, que derivó en la intervención de patrullas de la comisaría Decimotercera y el Comando Radioeléctrico.
Tres días sin cordones
El jueves 24 de octubre, el Tribunal Penal 2 ordenó que buscaran por la fuerza pública a dos mujeres testigos de lo sucedido en el motel de las avenidas Andresito y Santa Catalina hace poco más de once años. Se trataba de las dos trabajadoras sexuales que acompañaron a Guirula y sus dos amigos durante la madrugada fatídica del sábado 11 de julio de 2014. La enfática medida fue encomendada como inmediata porque no se presentaron a declarar el miércoles de la semana pasada.
Los investigadores de la Dirección Homicidios las hallaron el sábado, como adelantó PRIMERA EDICIÓN, y cumplieron con lo indicado por los magistrados: mantenerlas privadas de su libertad hasta ser llevadas a declarar, el martes, jornada que aprovecharon para aclarar su postura las testigos: “Nunca nos llegó una notificación del tribunal para el juicio, hagan bien su trabajo”, expresó su enfado una de ellas luego de tres días en la división Resguardo de Detenidas de la Unidad Regional I literalmente con lo puesto desde que fueron ubicadas en Candelaria y Posadas.





