En tiempos donde la Estudiantina posadeña suele despertar opiniones divididas, una madre y profesional decidió mirar más allá del brillo y el ritmo de sus desfiles. Carina Beatriz Klemczuk, nutricionista y especialista en psiconeuroeducación, compartió en redes un mensaje que conmovió a muchos: habló del “valor invisible” de esta celebración, de su impacto en el aprendizaje, las emociones y el sentido de pertenencia de los jóvenes.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Klemczuk contó que todo surgió en una fiesta que se realizó en Iguazú, donde su esposo se encontró con un amigo y hablaron sobre la juventud y las anteriores ediciones de la Estudiantina. Esto despertó un interés en la profesional, quien a su vez tiene a dos de sus cuatro hijos participando de esta fiesta. Entonces decidió escribir un artículo en blog desde el punto de vista de la neurociencia, que tuvo un gran impacto en las redes: “La Estudiantina tiene un montón de puntos a favor que tienen que ver con la neurociencia y lo que significa para el cerebro hacer todo lo que ellos hacen”.
Esta nueva mirada también surgió como un apoyo emocional a aquellos padres que colaboran con sus hijos en la confección de los trajes y el acompañamiento, “toda esa gente dedica muchísimo tiempo, amor, cariño a todo ese trabajo, y (me gustaría) que la gente también pueda mirar eso”.
De la misma manera, indicó que desde principio del año, muchos jóvenes se encuentran abocados en actividades creativas en torno a esta celebración: “Los directores se juntan para armar, crear e imaginar y eso tiene un gran valor para el cerebro y en el sentido de pertenencia que ellos van desarrollando durante los ensayos; el vínculo y las conexiones que generan en esos espacios son muy importantes emocionalmente”.
Por otra parte, no es menor que este año una de las consignas de la Estudiantina haya sido la prevención del suicidio adolescente: justamente, en este tradicional evento que celebra su 75ª edición, el joven encuentra cierta contención emocional “porque es una etapa en que los chicos buscan pertenecer y vincularse; la conexión emocional es muy importante y en este espacio ellos desarrollan un montón de cosas, eso me parece muy valioso y por ahí hay personas que no lo están viendo”.
Agregó que por lo general se generan muchos beneficios tanto fisiológicos como de salud mental: “Lo que ellos desarrollan en esos espacios es realmente importante, considero que las currículas de la escuela tendrían que apoyarse en esa motivación para trabajarlos transversalmente, aprovechar la creatividad que está en su pleno desarrollo”, indicó.
La nutricionista también agradeció la respuesta del público que reaccionó a esta mirada integral que conjuga el desarrollo cognitivo, académico y social de los estudiantes: “Me impresionó la cantidad de gente que me escribió a mí y también a mi esposo, y que este mensaje sirva en dar una mirada diferente para los que están viendo desde otro lugar”.
Klemczuk es nutricionista, realizó coaching y se especializa en neuropsicoeducación y mentoring. Actualmente se dedica a estudiar la mentalidad de las mujeres mayores de 40 años. “Las mujeres tienen un cerebro que es radicalmente diferente al masculino y por lo tanto desarrollan otras áreas y pensamientos diferentes: las hormonas influyen mucho en el cambio del cerebro en esa etapa de la vida”, explicó.
Evolución personal
Carina está casada y es madre de cuatro hijos, de los cuales dos cursan el secundario y participan este año de la Estudiantina posadeña, un evento que nunca llamó la atención de esta profesional, sino que era su esposo que acompañaba y alentaba a sus hijos a participar de esta celebración juvenil.
Sin embargo “hace dos años empecé a participar, a estar más involucrada. A mí me ayudó a mejorar como madre, a evolucionar, por eso valoro tanto ese espacio, porque yo era una de las madres que era totalmente ajena a la Estudiantina”, cerró.









