Como parte del Día del Respeto a la Diversidad Cultural convocan a reflexionar sobre la riqueza y complejidad de los pueblos originarios en Argentina. Sucede que en este momento también se convive con el avance de discursos negacionistas y de odio que buscan invisibilizar y deslegitimar a las comunidades indígenas. Frente a este escenario, la doctora Eva Isabel Okulovich, especialista en Cultura Guaraní Jesuítica, aporta su mirada sobre la preexistencia y resistencia del pueblo mbya.
Eva Isabel Okulovich es Doctora en Arte, directora y profesora de posgrado en las carreras de Especialización y Maestría en Cultura Guaraní Jesuítica en la Universidad Nacional de Misiones. Hija y nieta de inmigrantes, recordó cómo sus ancestros fueron acogidos por los mbya en la selva misionera, lo que sembró en ella una deuda de gratitud y un compromiso académico para visibilizar esta cultura. Su tesis doctoral defendida en la Universidad de Granada abordó el arte, la identidad y la supervivencia del pueblo mbya.
“La Constitución reconoce la preexistencia de los pueblos indígenas, pero negar esta realidad es negar su ser y la relación espiritual con el kaaguy, el monte, que es parte de su identidad”, lamentó. Para Okulovich, reivindicar la preexistencia mbya es “un acto político y de justicia histórica que fortalece sus derechos territoriales y culturales”.

Sobre los saberes ancestrales, la doctora señaló que la mayor enseñanza del pueblo mbya es “su relación inteligente y recíproca con la naturaleza, no como recurso, sino como un ser vivo del que forman parte”. Esta cosmovisión, dice, “es clave para enfrentar la crisis climática y ofrecer un modelo sostenible frente al consumismo occidental”.
Respecto al idioma, Okulovich enfatiza que “la lengua mbya-guaraní es mucho más que comunicación, es el vehículo de su cosmovisión y de saberes únicos que no se traducen literalmente, como el concepto de ñande reko”, término que significa “nuestro modo de ser”. La preservación de este idioma es “un acto de resistencia cultural fundamental para mantener la identidad”.
La especialista también advirtió sobre los riesgos actuales: “El desfinanciamiento estatal, los proyectos extractivistas y la criminalización de la protesta ponen en peligro los derechos y la protección territorial del pueblo mbya”. Agregó que “los discursos de odio aumentan la vulnerabilidad y la violencia hacia estas comunidades”.
Sin embargo, la resistencia cultural y política del pueblo mbya sigue firme. Okulovich resaltó que “la organización comunitaria combina la lucha legal con la visibilización pública, pero también la defensa espiritual y cultural, como mantener ceremonias y tradiciones ancestrales”. Esta resistencia “no es solo reacción; es una expresión profunda de su identidad colectiva”.

Sobre su fortaleza, la doctora afirmó que “sus raíces son extraordinariamente fuertes porque la identidad está ligada al monte y su espiritualidad. Esa conexión es fundamental para resistir y reorganizarse frente a la opresión”.
Para Okulovich, “la memoria histórica es una herramienta activa de resistencia, no un simple recuerdo. La lucha por el territorio es la defensa misma de su existencia cultural y espiritual”. Esta memoria permite “contrarrestar el relato dominante que busca invisibilizarlos y negar sus derechos”.
Asimismo, subrayó que el pueblo mbya nos enseñó que “memoria e identidad son fuerzas vivas, la base para cualquier resistencia colectiva”. Fue tajante en sus palabras al señalar que “no hay futuro sin memoria ni cultura, pilares imprescindibles para la justicia y la diversidad”.









