La circulación de cheques falsos dejó de ser un hecho aislado para transformarse en un problema que inquieta a empresarios y productores. Así lo reconocieron desde la Confederación Económica de Misiones (CEM), al confirmar que en los últimos meses aumentaron las denuncias de maniobras con documentos adulterados que afectan a empresas de distintos sectores: secaderos de yerba, establecimientos del té, comercios del interior y firmas vinculadas a la forestoindustria.
“Sí, aparecieron muchas denuncias de eso, principalmente en empresas importantes. Varias denuncias ya y siempre comunicamos lo que podemos, avisando a las otras empresas”, señalaron desde la entidad, en diálogo con este diario. Si bien aclararon que no necesariamente se trata de un efecto directo de la crisis, reconocieron que la delincuencia encontró en los cheques un instrumento vulnerable. Destacaron también que el uso de ECHEQ -más seguro y digitalizado- ayuda a reducir riesgos, aunque su implementación todavía es parcial.
Desde una empresa integrante de la Asociación de Madereros, Aserraderos y Afines del Alto Paraná (Amayadap) confirmaron que al menos cuatro socios fueron alcanzados por intentos de estafa con cheques apócrifos. “En nuestro caso habíamos sufrido el robo de una chequera hace unos meses y recién ahora aparecieron documentos falsificados con esas firmas. Por suerte, las entidades no los hicieron efectivos porque no estaban autorizados”, señalaron. A esta problemática se suman reportes de secaderos y molinos de yerba mate, además de firmas de té, que alertaron sobre la circulación de cheques sin respaldo en operaciones comerciales.
Casos recientes
Los episodios policiales registrados en distintos puntos de la provincia confirman la preocupación empresarial. En San Vicente, un hombre de 44 años fue detenido como sospechoso de estafar por más de 17 millones de pesos a un comerciante ferretero y a una mujer, con operaciones de cheques falsos.
El primero de los damnificados, propietario de una ferretería, denunció haber recibido un cheque por 3,6 millones de pesos que resultó apócrifo. La segunda, en tanto, acumuló siete cheques de distintas entidades que en conjunto sumaban más de 13,5 millones de pesos.
En Oberá, la Policía desbarató otra maniobra que involucraba vehículos. Dos jóvenes habían entregado una camioneta y una motocicleta a cambio de cheques adulterados y documentación trucha. Las investigaciones permitieron recuperar los rodados y detener a un sospechoso, aunque se presume que detrás de estos hechos opera una red con ramificaciones.
Contexto económico adverso
El fenómeno se enmarca en una coyuntura compleja para la cadena de pagos en Misiones. La encuesta de la CEM, correspondiente a agosto, refleja que el 24% de los empresarios consultados registró un fuerte aumento en la mora de sus clientes, mientras que otro 23% observó un crecimiento leve. Solo el 17% dijo haber notado una baja en los atrasos. La situación genera un círculo vicioso: la falta de liquidez presiona a las empresas que dependen de pagos en plazos cortos para cumplir con proveedores y trabajadores. Cuando los atrasos se acumulan, las operaciones a crédito pierden dinamismo y crece la desconfianza.
En paralelo, la misma encuesta mostró que los cheques rechazados dejaron de ser una excepción. Un 23% de los empresarios reconoció recibirlos de forma ocasional y un 5% con frecuencia. Solo un 13% afirmó no tener este problema. La pérdida de confianza en este instrumento de pago erosiona las relaciones comerciales y obliga a reforzar controles, exigir garantías adicionales o directamente rechazar cheques de terceros.
Crisis y oportunistas
Si bien los referentes empresariales advierten que la falsificación de cheques no debe confundirse con la morosidad derivada de la recesión, ambos factores confluyen en un mismo escenario de desconfianza. Por un lado, la crisis económica limita la capacidad de pago de consumidores y empresas; por otro, la proliferación de fraudes refuerza la percepción de vulnerabilidad.
La expansión del delito hacia sectores productivos clave como la yerba mate, el té y la forestoindustria preocupa especialmente, dado que allí se concentra buena parte de la actividad económica provincial y la generación de empleo. En los comercios del interior, en tanto, los cheques falsos circulan con mayor facilidad por la dificultad de realizar verificaciones inmediatas.
En ese marco, la utilización de instrumentos digitales como el ECHEQ aparece como una alternativa más segura, aunque su adopción aún no es plena en la provincia. Mientras tanto, los sectores económicos conviven con un doble frente: la caída de la actividad y la amenaza de operaciones fraudulentas que agravan la fragilidad de la cadena de pagos.





