“Siempre tuve una muy buena relación con ella, era todo para mi”. Nelson Orlando De Menes tiene 51 años y está detenido desde el domingo 10 de febrero de 2019 tras el hallazgo de su madre Elsa Díaz (68) muerta a fierrazos en la cabeza en su vivienda del barrio 2 de Febrero de Candelaria.
Acusado de “homicidio agravado por el vínculo”, De Menes se sentó ayer ante los jueces Viviana Gladis Cukla, Gustavo Arnaldo Bernie y Miguel Ángel Faria (subrogante) del Tribunal Penal 1, durante la primera jornada de juicio oral y público.
El encartado por un delito que prevé pena de prisión perpetua (artículo 80, inciso 1, del CPA), aceptó declarar tras la lectura del requerimiento de elevación a debate de la fiscal de Instrucción 1 de la Primera Circunscripción Judicial, Amalia Benedicta Spinnato.
De Menes sostuvo: “Fuimos con mi mamá al culto el sábado 9 de febrero, todos los sábados íbamos juntos. Volvimos y cenamos y a las 12 de la noche me fui a dormir a la casa de un vecino. A las 7 de la mañana volví a casa para tomar mate con ella y cuando llego, encuentro la puerta abierta, entro y siento olor a sangre. Salí corriendo porque no puedo sentir el olor a sangre, fui a la casa de enfrente que la vecina es policía”.
Luego que los jueces no le hicieran pregunta alguna, De Menes aceptó responder a los demás protagonistas del debate, la defensora oficial Celina Silveira Márquez y el fiscal del TP-1, Martín Alejandro Rau.

Respecto a las consultas de la defensora oficial de reconocida trayectoria profesional, respondió: “Hace seis años y ocho meses estoy detenido por esta causa y soy inocente. Respecto a las sospechas tengo muchas de quién pudo haber sido, son varias pero yo siempre tuve una muy buena relación con ella, siempre fue todo para mi”.
Luego describió, a instancias del fiscal Rau, cómo era la vivienda de su madre de la calle Corrientes y Uruguay en Candelaria: “Tiene once metros de largo por nueve de ancho, dos dormitorios, una pieza sala, comedor y pasillo al fondo al baño. Hacia atrás, un depósito con llave”.
Respecto al depósito admitió que allí hallaron el televisor y la garrafa de la cocina que faltaban en la casa de Díaz: “A las 5 de la tarde abrí el depósito y atrás de las chapas y las maderas estaba el televisor del comedor y la garrafa”. Vale agregar que la apertura del depósito la hizo él luego que lo ordenara el juez de Instrucción 1, por entonces a cargo de Marcelo Cardozo. También preguntado por Rau, reconoció que “a los 23 años recién conocí a mi madre, antes me crié con mi papá y mi madrastra en San Javier”.
El hecho
La autopsia a Elsa Díaz indicó que un golpe le partió la cabeza, le produjo un traumatismo encéfalo craneano, la dejó sin defensa ni reflejos y le quitó la vida en pocos segundos y que el horario de muerte fue estimado a las 0.30 del domingo, casi ocho horas antes de ser descubierto el cadáver el domingo 10 de febrero de 2019.
Tras ser alertados investigadores de la Dirección Homicidios y de la UR-X se recogieron testimonios de vecinos y del entorno directo de la víctima, pero principalmente el del hijo, entonces un albañil de 45 años que comenzó a generar sospechas con sus afirmaciones. De hecho las dudas que evidenció llevaron a los pesquisas a solicitarle al juez poder allanar un depósito en el fondo de la propiedad, una pieza de mampostería y madera.
Allí encontraron escondidos el televisor LED de 21 pulgadas y la garrafa de la cocina de Elsa Díaz. También fueron secuestrados un martillo o maza chica de hierro, dos mangos de madera y un cortahierros de quince centímetros de largo con manchas “escarlata”, los habituales rastros de sangre.
Además se halló un par de zapatillas, que habría reconocido el involucrado como suyo, con rastros de barro y la noche anterior había llovido y el mismo De Menes lo admitió ayer ante el tribunal.
En la habitación de Díaz y en el resto de su casa se encontraron pisadas que coincidirían con esta evidencia. La puerta del depósito no estaba forzada, por lo que se descartó que el que robó y mató haya ocultado el botín en ese lugar sin tener la llave.
La hipótesis del robo en el expediente parece endeble porque también en la habitación de Díaz se encontró dinero, no mucho pero sí al alcance de la mano, y pequeños electrodomésticos fáciles de transportar y ocultar como botín.









