Relajados pero tonificados, respirando suave y profundamente, disfrutando de los beneficios de la sesión de Yoga que ha finalizado, sin abrir los ojos aún, atisbamos una luz sutil, como que se ha corrido un velo, y experimentamos la unión de cuerpo, mente y espíritu. Permanecemos sentados en la mat, buscamos la lectura habitual y en la página señalada el Dr. Deepak Chopra, que se viene refiriendo a alcanzar la iluminación, nos decía: “Eres conciencia pura, que no tiene localización en el tiempo ni en el espacio”. Entonces seguimos leyendo;
“Piensa cómo funciona la televisión, la imagen solo existe gracias a las señales que transmite el emisor. Esas señales están en todas partes. Por increíble que parezca, aunque puedas localizar tu cuerpo en el tiempo y en el espacio, tu conciencia está en todas partes, lo que significa que tú también lo estás”. – ¡Doctor! ¡Qué revelación! “La única razón por la que tu cerebro se activa es que la conciencia así lo quiere”. Reflexionamos unos instantes y continuamos la lectura:
“Empezando con un ejercicio muy sencillo como imaginar un ocaso sobre el océano, llegamos a una verdad pasmosa: tú mantienes unido el mundo con el simple hecho de observarlo. El observador convierte un remolino amorfo de fotones en todo lo que vemos, escuchamos, tocamos, saboreamos y olemos. No tienes que hacer nada para hacer esto.
Basta la intención sutil. Quieres ver un ocaso y lo haces. No hace falta instruir al cerebro acerca de cómo construir la imagen a partir de impulsos electromagnéticos. De igual modo, si quieres dar un paseo no tienes que enseñar a tus músculos cómo moverse ni a tu sistema cardiovascular cómo llevarles sangre. Con una simple intención no proferida se forman todas las conexiones necesarias”.
Y completamos la lectura de hoy con estas asombrosas palabras del Doctor: “Tú mantienes el mundo unido en un nivel muy sutil, la Fuente de la Creación, conocida como Dios”. Reflexionando nos retiramos. Namasté.
Ana Laborde
Profesora de Yoga
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