Taylor Swift sorprendió al estrenar The Life of a Showgirl, su 12° álbum de canciones originales, donde explora una estética pop con un guiño a la figura de las showgirls. Plumas, brillos y maquillaje excesivo inspiran el título del disco, aunque más allá de esta referencia, el álbum no se orienta hacia un concepto narrativo o documental específico.
El disco presenta un recorrido sonoro con una producción pop homogénea, donde la armonización vocal acompaña la voz principal de Swift en casi todas las canciones. Solo a la mitad del álbum emerge una balada más íntima, “Eldest daughter”, que combina piano y guitarra sin romper con el clima amable que predomina en la obra.
Un elemento distintivo del álbum es la colaboración con Sabrina Carpenter en la canción que da nombre al disco. Este dúo funciona como un diálogo entre una fan fascinada con la vida de la corista y la voz que desmitifica el brillo y glamour que parece rodearla, mostrando así el lado menos glamoroso de la vida de una artista de espectáculo.
Taylor Swift continúa explorando—como en trabajos anteriores—alter egos y la ironía sobre la fama y la exposición pública. La cantante, que inició su carrera en Nashville como una promesa del country pop, combina estribillos pegadizos con estrofas ingeniosas, y se inspira en vivencias personales, historias ajenas y referencias literarias para construir sus relatos musicales.
A pesar de la calidad constante que caracteriza a Swift, la abundante producción de los últimos años —cinco discos en cinco años, regrabaciones y una extensa gira— puede resultar en cierta repetición temática y musical. La prolífica actividad artística abre el debate sobre si cantidad y originalidad van de la mano en esta etapa de su carrera.
Finalmente, fiel a su estilo meticuloso, Swift ha incluido en su nuevo álbum múltiples referencias y guiños interpretativos que sus fans han analizado cuidadosamente. Nombres como Blake Lively, críticas a la industria discográfica o alusiones a controversias personales aparecen en las letras, junto con homenajes musicales como el uso del título “Father Figure”, autorizado por los herederos de George Michael.
Fuente: La Nación









