Enfrentar un episodio de enojo en los más chicos suele ser un desafío para padres y cuidadores. La frustración y la necesidad de ser escuchados generan reacciones intensas que ponen a prueba la paciencia, pero la psicología plantea que una frase de apenas ocho palabras puede marcar la diferencia.
El psicólogo Jeffrey Bernstein, con años de experiencia en el trabajo con niños, recomienda usar la expresión: “Sé que estás enfadado, estoy aquí para ayudarte”. Según especialistas, esta breve afirmación valida la emoción del menor y transmite seguridad, siempre que se acompañe con un tono sereno y una postura calmada.

Qué dicen los expertos
Los expertos señalan que la respuesta adulta resulta clave. Reaccionar con enojo o minimizar la emoción infantil puede agravar la situación y prolongar la rabieta. En cambio, ofrecer un espacio libre de reproches permite que el niño se sienta comprendido y, de a poco, logre tranquilizarse.
Estudios publicados en revistas como Developmental Psychology y Current Opinion in Psychology destacan que la validación emocional influye directamente en la capacidad futura de los niños para manejar su frustración. La disposición empática no solo reduce la agresividad en el momento, sino que también fortalece la confianza entre adultos y menores.
Una vez que la calma se recupera, los especialistas aconsejan dar lugar al diálogo para que el niño exprese sus motivos sin interrupciones ni juicios. De esta manera, el enojo se transforma en una oportunidad para acompañar el desarrollo de herramientas emocionales que serán fundamentales en su crecimiento.






