Cada 22 de septiembre, el Día Mundial de la Leucemia Mieloide Crónica y Aguda nos invita a reflexionar sobre la importancia de la detección temprana, el acceso a tratamientos efectivos y el apoyo integral a quienes enfrentan estas enfermedades.
La leucemia, un cáncer de la sangre que afecta la médula ósea y la producción de glóbulos blancos, representa un desafío médico y social de gran envergadura.
Esta enfermedad oncológica de la sangre que se origina en la médula ósea afecta a los granulocitos (glóbulos blancos) y a las plaquetas; produce sangrados, pérdida de peso y fatiga persistente.
Sin embargo, con un diagnostico temprano y tratamiento, los pacientes con la enfermedad pueden mejorar su calidad de vida y disminuir el riesgo de que la leucemia evolucione.
Gracias a los avances científicos, hoy existen terapias que transformaron el pronóstico de la leucemia mieloide crónica, convirtiéndola en una condición manejable para muchos pacientes.
Sin embargo, la leucemia aguda sigue demandando mayor investigación y recursos para mejorar la supervivencia y calidad de vida.
Este día es también un recordatorio para fortalecer los sistemas de salud, garantizar el acceso universal a diagnósticos oportunos y tratamientos, y promover la investigación que permita desarrollar nuevas terapias. La educación y el acompañamiento emocional a pacientes y familias son piezas clave para enfrentar esta realidad.
En conjunto, sociedad, profesionales y autoridades pueden construir un camino hacia la esperanza, donde la leucemia deje de ser sinónimo de miedo y se transforme en un ejemplo de lucha y superación.









