Los pepinos son un clásico para elaborar ensaladas o para consumir en rodajas, con un poco de sal y aceite. Pertenecen a la misma familia botánica que el melón, la sandía y la calabaza. Es un cultivo que puedes realizar fácilmente en la huerta de tu casa y, si no cuentas con espacio suficiente, también se adapta perfectamente a una maceta, ocupando poco lugar y brindando frutos frescos durante gran parte del año.
Siembra del pepino
Para iniciar, conviene obtener semillas de buena calidad. Pueden extraerse de un pepino comprado o, preferentemente, de un fruto cultivado de manera orgánica por algún conocido, ya que conservarán mejor sus propiedades. Si buscas mayor seguridad, también se consiguen semillas certificadas en viveros o casas de agroinsumos.
Sustrato
La elección de la tierra es clave. Lo ideal es una mezcla con compost orgánico, humus de lombriz y algo de arena para asegurar buen drenaje. La maceta debe ser profunda y ancha, de al menos 30 a 40 centímetros, para permitir que las raíces se desarrollen. No olvides colocar material en el fondo (piedras, trozos de cerámica) para evitar encharcamientos.
Luz y temperatura
El pepino necesita abundante sol directo, mínimo 6 horas diarias. Se desarrolla mejor en climas cálidos, en primavera y verano, evitando temperaturas extremas: por debajo de 7 °C el crecimiento se detiene y por encima de 30 °C puede estresarse la planta. En balcones o terrazas, un lugar protegido del viento asegura un mejor desarrollo.

Riego
Requiere humedad constante, con riegos diarios o día por medio, según el clima. Es importante evitar tanto la sequía como el exceso de agua, que puede pudrir las raíces. Un truco es cubrir la superficie de la maceta con paja o restos vegetales secos (mulch), lo que conserva la humedad y mantiene más fresco el sustrato.
Tutor y conducción
El pepino es trepador. Conviene colocar tutores, cañas o redes para guiar su crecimiento vertical. Esto no solo ahorra espacio, también favorece la aireación, la entrada de luz y facilita la cosecha. Una conducción ordenada reduce la aparición de plagas y enfermedades.
Plagas y enfermedades
Entre las plagas frecuentes están pulgones, trips, mosca blanca y araña roja. El oídio, un hongo que provoca manchas blancas en las hojas, es la enfermedad más común. Se puede prevenir manteniendo buena ventilación y evitando mojar las hojas en los riegos. En caso de infestaciones leves, es útil aplicar preparados caseros como extracto de ajo, agua jabonosa o infusiones de cola de caballo.
Cosecha del pepino
El ciclo hasta la cosecha es de unos 100 días, aunque depende de la variedad. Se recomienda recolectar los frutos cuando aún están tiernos y verdes intensos, antes de que amarilleen o endurezcan. Un corte regular de los pepinos estimula a la planta a seguir produciendo más.
Consejos finales
Si tienes varias macetas, es conveniente rotar los cultivos: no sembrar pepino siempre en la misma tierra, para evitar el agotamiento del sustrato y la acumulación de plagas.
Además, puedes asociar pepino con hierbas aromáticas como albahaca o menta, que ayudan a repeler insectos y aportan diversidad al pequeño huerto urbano.
De esta manera, con cuidados sencillos y constancia, es posible disfrutar de pepinos frescos y saludables incluso en un balcón o terraza de la ciudad, combinando producción propia con un estilo de vida más sustentable.





