Un joven de 25 años acordó una pena de diez años de prisión por el abuso sexual reiterado de su hijastra de 8 años, señalaron fuentes judiciales. Los abusos, según la elevación a juicio, fueron cometidos en una comunidad mbya guaraní ubicada en Puerto Iguazú y se remontan a 2022, en tanto que el último de los hechos habría sido perpetrado en julio del año siguiente.
El imputado optó por ir a juicio abreviado y firmó el acuerdo de pena a cumplir en presencia de su abogado, en este caso el defensor oficial, y ante el Fiscal del Tribunal Penal de Eldorado, Federico José Rodríguez.
Ahora los jueces deben homologar o hacer lugar al consenso de la sentencia condenatoria entre las partes, aunque el acusado se hizo responsable tanto de la autoría como de la materialidad de los hechos.
En la ocasión el encartado contó con la asistencia de un traductor, en este caso un oficial auxiliar de la Policía de Misiones, es decir que ofició de intérprete de la lengua guaraní, ya que el joven en el banquillo no habla castellano.
Los hechos, la gran mayoría de ellos cometidos en fecha y horario no determinados, fueron en el interior de una vivienda familiar de construcción precaria, de madera, techo de zinc y piso de tierra, ubicada en la aldea Fortín Mbororé, de Puerto Iguazú, donde convivían el imputado, su pareja y la hija menor de ésta (la víctima).
Según la mencionada resolución, en ese contexto comenzaron las agresiones sexuales a la niña y fueron perpetradas desde que tenía 8 años y aprovechando la convivencia con la misma, como así también cuando la madre descansaba o estaba ausente.
En base a los datos que surgieron de la Cámara Gesell, de indicios, testimonios y evidencias, la menor fue accedida carnalmente en cuatro ocasiones antes de cumplir los 9 años, siendo la última vez en el baño del domicilio familiar, precisó la citada elevación a debate.
El último de los ataques sexuales que le adjudican al acusado fue a las 20 del 22 de julio de 2023, cuando la víctima tenía 9 años.
Fue en el exterior de la vivienda, más precisamente en el patio. Según la investigación, el hombre obligó a la niña a sentarse junto a él en un banquito de madera y la manoseó en sus partes íntimas.
La calificación con la que llegó a esta instancia procesal el imputado es por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia preexistente con la víctima menor de 18 años (cuatro hechos en concurso real) y abuso sexual simple agravado por la convivencia preexistente con la víctima menor de 18 años, en concurso real y todo en calidad de autor”, en perjuicio de su hijastra.










