Un hombre de profesión changarín, fue condenado luego que en un debate la Justicia comprobara que había abusado de sus dos hijastras menores de edad. Culminada la audiencia, volvió a ser esposado para que lo trasladaran a la Unidad Penal de Cerro Azul, donde ya se encontraba alojado a la espera del juicio.
El debate se desarrolló el pasado miércoles en el Tribunal Penal de Oberá. El acusado de 54 años, llegaba a debate bajo la acusación de “abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia dos hechos en concurso real”.
Mayormente, en los juicios por abuso no es común que algún familiar se presente como querellante, pero en este caso la madre de las niñas víctimas, con patrocinio de un abogado se presentó en esa condición además de testigo.
Por jurisdicción, la instrucción de la causa estuvo a cargo del Juzgado Penal 5 de Leandro Alem, dado que los hechos ocurrieron en la localidad de San Javier.
En agosto del 2022, la madre de las menores se presentó en la comisaría de la Mujer de la localidad a denunciar a su concubino. En ese momento solamente conocía lo que había ocurrido con su hija de 10 años.
El denunciado había aprovechado que su mujer no se encontraba en la vivienda, para llevar a su cama a la pequeña y abusar sexualmente de ella.
El hecho ocurrió durante la madrugada, cuando los otros hermanos, dos varones y otra niña, dormían.
Cuando la hija le reveló a su mamá lo que había pasado, la otra hermana se animó a contarle que ella también había sido sometida por su padrastro.
Había ocurrido tiempo antes, cuando la familia vivía en otro barrio de San Javier. La otra menor, tenía siete años en ese entonces y cuando se bañaba, el padrastro ingresó al lugar y abusó de ella.
La investigación avanzó con las pericias de rigor y finalmente el caso llegó a debate.
En la audiencia del miércoles le preguntaron al hombre si quería hablar respecto a la acusación en su contra. Aceptó hacerlo y negó todo.
Declararon tres testigos, además de la progenitora de las víctimas.
Al momento de los alegatos de las partes, el fiscal subrogante ante el Tribunal, David Ezequiel Augusto Milicich, pidió la pena de 15 años de prisión para el encartado.
En tanto la querella solicitó 35 años de prisión, al sumar los máximos por el delito de “abuso con acceso carnal” cometido contra dos víctimas en concurso real.
La defensora oficial Yamile Soledad Scholles, pidió la absolución por el beneficio de la duda, o subsidiariamente la pena de entre seis meses a cuatro años, según lo establece el artículo 119 del C.P.
Tras retirarse a deliberar, los jueces Horacio Gabriel Paniagua (y los subrogantes) Jorge Erasmo Villalba y Teresa del Carmen Hedman regresaron al recinto para la lectura de la sentencia, la cual terminó con una condena.





