“Me duele todo y no tengo fuerzas para nada”, me dice Josefina que tiene 63 años. Uno la ve y piensa: “Qué hermosa y elegante mujer. Tiene el peso adecuado, siempre asiste a controles, tiene gran desarrollo intelectual, es madre, esposa, con meta en jubilarse y viajar”.
Los tiempos de disfrutar paisajes y experiencias fueron pocos, vivió con alegría las etapas de comienzo profesional, como madre y esposa, pero ahora su sueño es encontrar esa geografía, esa historia que siempre leyó y ansió vivenciar. Pero los dolores musculares y articulares le están causando ese “miedo del no poder” y quiere hacer tratamientos que la ayuden a recobrar vitalidad, pero la calidad de vida es un conjunto de cosas.
El equilibrio se produce con alimentación, descanso, estado emocional y actividad física, sin alguna de estas partes el equilibrio se rompe.
Cuando le hablé de actividad física me dice: “¡Nooo, no es para mí, no me gustó nunca y ya no tengo edad para eso. No necesito verme bien estéticamente, ya cumplí mis ciclos. Además me puedo caer y lastimar, a esta edad, no”. Pero todo el relato es un falso concepto, la actividad física es vida, es calidad de vida. No hay edad límite para comenzar, la actitud, disciplina y esa meta de querer seguir disfrutando el día a día es hoy. Este concepto, ¿es real? Sin lugar a dudas, sí y les comparto una historia.
El indio Fauja Singh, considerado el corredor más viejo del mundo, falleció a los 114 años en un accidente de tránsito. Singh había nacido en India con nacionalidad británica; lo apodaban “Tornado con turbante”. Fauja Singh nunca pudo presentar un certificado de nacimiento, pero su familia asegura que nació el 1 de abril de 1911, cuando India aún era del imperio británico. Singh causó sensación cuando, a los 89 años decidió ejercitarse corriendo maratones, inspirado por las emisiones de televisión.
“Tornado con turbante” portó la llama olímpica en 2004 y 2012, y corrió maratones completos (42 kilómetros) hasta los 100 años.
Su última carrera fue una prueba de 10 kilómetros en la maratón de Hong Kong de 2013, cuando tenía 101 años, en la que terminó en una hora, 32 minutos y 28 segundos.
“Era extraordinario por su personalidad única y por la forma en que inspiró a la juventud de la India en un tema muy importante como la forma física”, expresó el primer ministro indio, Narendra Modi. Que gran ejemplo para todos aquellos que opinan como Josefina, que la edad nos condiciona para realizar ejercicio, sin embargo, la actividad fortalece nuestra vida y nos ayuda a disfrutarla. Le comentaba a ella que yo empecé luego de los 50 y mi calidad mejoró muchísimo, hoy me cuesta faltar a pilates o newcom porque sé que me ayudan a sentirme física y emocionalmente mejor.
La independencia física y emocional que tanto deseamos a cualquier edad se revaloriza con la neurogenesis, que es el aumento de neuronas que aumentan con el ejercicio, no es magia, es la ciencia que nos da la fórmula. Consumir suplementos es bueno, dormir es excelente, pero la actividad física es irremplazable.
Querernos es estirarnos, elongar, trabajar con el movimiento disminuye y equilibra emociones, oxigena, estimula, pero descansa también. No te prives de los sueños que queremos cumplir con la independencia que deseamos con el disfrute.
Pudimos probar con Josefina que podría gustarle y el baile fue la primera actividad que le gustó. Hoy, después de un conjunto de actividades nuevas se siente renovada y con más deseos de esos viajes tan deseados.
La neuroplasticidad nos ayuda a adaptarnos, sabemos que se pueden buscar nuevas rutas cerebrales es cuestión de actitud y disciplina hasta ir comprobando los beneficios y ahí ya gozamos del sentir que nuestro cuerpo realmente se reactiva. No dejemos de realizar una actividad, es cuestión de saber que es vital para estar mejor y gozar con calidad de vida. Feliz y bendecido domingo.
Dra. Marcela Campias
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