En El Soberbio, el cierre definitivo del matadero municipal, ocurrido en mayo último, dejó a decenas de colonos sin la posibilidad de faenar el ganado en condiciones sanitarias adecuadas y con la economía familiar prácticamente paralizada.
Para defender sus fuentes laborales, los productores se nuclearon en una asociación y consiguieron un predio con instalaciones para ese mismo fin, pero hasta ahora no han logrado que las autoridades locales brinden respuestas a su pedido de habilitación provisoria para operar en un nuevo espacio, ubicado a unos cinco kilómetros del casco urbano, en terrenos de uno de los socios.
Después de la negativa del Ejecutivo comunal para otorgar los permisos, la semana pasada una iniciativa ingresada al Concejo Deliberante con ese objetivo también quedó trunca.
“Tenemos terreno, hay instalaciones, galpones, pozos perforados, luz, todo. Lo que falta es la habilitación”, dijo a PRIMERA EDICIÓN Sergio Alegre integrante de la comisión. Sin embargo, los permisos no llegan y por el momento se esperanzan con una inspección a cargo del Ministerio del Agro prevista para la semana entrante.
“Necesitamos poder trabajar en un lugar con inspección del municipio, del SENASA, con la visita de veterinarios. Queremos seguir avanzando para no perder la fuente laboral, acá en toda la zona no tenemos otro matadero”, remarcó el colono.
Y recordó: “Cuando se cerró definitivamente el matadero, ahí nos juntamos los pequeños productores de ganado, se armó una comisión que hoy tiene 57 socios, conseguimos nuevas instalaciones y se está buscando su habilitación para poder seguir trabajando”.
Pero además el conflicto golpea a distintas economías familiares, ya que en toda esa región, los pequeños ganaderos son los principales abastecedores de carne para el municipio y los alrededores. “Acá la carne se compra de los colonos, se faena y se vende en el municipio”, contó.
Señaló que actualmente la realidad es completamente distinta: “Ahora la mayoría estamos parados, pero hay gente que está desesperada y está carneando en los montes”, describió el productor para dar cuenta de la gravedad de la situación, ya que a falta de un lugar habilitado, se descuartiza a los animales directamente en los campos y se pone en riesgo sanitario a toda la comunidad.
“Más allá de que las instalaciones que tenemos para el nuevo matadero necesita estar en condiciones óptimas de salubridad para operar, algo en lo que estamos trabajando, pensamos que hacerlo en el monte o por cualquier lado es peor. Es mucho peor”, enfatizó.





