Entre la madrugada de ayer y el domingo, un acto vandálico dejó sin luz a toda la localidad de San Ignacio y alrededores. En pocas horas, la Policía de Misiones detuvo a dos hombres, de 38 y 28 años, acusados de robar los cables de la subestación transformadora sobre la ruta 210.
El caso comenzó tras la denuncia de un empleado de la empresa, quien alertó sobre la sustracción de cables en la zona de transformadores este lunes por la madrugada. Según informó, este robo no solo afectó a la empresa prestataria del servicio, sino que también provocó un corte total en el suministro eléctrico para miles de usuarios.
Después de realizar tareas de inteligencia, la policía logró detener a los dos principales sospechosos vinculados al robo. Posteriormente, con una orden judicial, se llevó a cabo un allanamiento en un domicilio situado en la calle 50 de San Ignacio, donde se profundizó la investigación.
El operativo estuvo bajo la supervisión del jefe y subjefe de la Unidad Regional XIII y contó con el apoyo de las divisiones de Investigaciones, Comando Radioeléctrico y Criminalística. Durante el procedimiento, se detuvo a los robacables, se incautaron más de 20 metros de cables de cobre, tanto aéreos como subterráneos, junto con diversas herramientas utilizadas para cometer el ilícito, como machetes, hachas, sierras, pinzas y tenazas. Además, se secuestró un teléfono celular que será sometido a análisis pericial.
Desde la policía advirtieron que este tipo de robos suele formar parte de un circuito ilegal más amplio. “No se trata solamente de los ladrones que roban el material, sino también de los ‘reductores’ que compran el cobre sustraído”, explicaron las autoridades. Esta red criminal implica además la recepción y comercialización clandestina del material robado.
En ese marco, buscan a un tercer sospechoso, quien sería el reducidor de los materiales sustraídos. Y las investigaciones prosiguen con el fin de verificar si hay más involucrados en este hecho.
“No miden el peligro”

A las claras quedó que el robo de cables fue planificado: ocurrió algo similar la semana pasada y este domingo, afectando a miles de usuarios.
Además, la facilidad con la que los delincuentes accedieron a la subestación, ubicada estratégicamente en la vera de la ruta, visible e iluminada, ha llevado a las autoridades a sospechar de una posible connivencia o de un conocimiento técnico que va más allá del simple hurto.
“Lo que más nos asombra y preocupa es que quienes cometen estos robos no miden dos factores clave”, explicó Mariana Pintos, gerente de interior de EMSA, en una entrevista con FM 89.3 Santa María de las Misiones. “Primero, el peligro extremo que corren ellos mismos al manipular equipos de alta tensión; y segundo, el impacto social que genera el corte de energía en cientos de familias”.
Más allá del valor material de los elementos sustraídos -que en el caso del cobre no es tan alto como el de otros metales-, el daño es exponencial. La empresa debe movilizar equipos especializados, grúas y personal técnico, lo que dispara los costos de reparación. Además, el abandono de los transformadores robados, que contienen aceite altamente contaminante, provoca un grave impacto ambiental al derramarse sobre el suelo.









