En Hipólito Yrigoyen, Misiones, un grupo solidario encabezado por Susana Araujo trabaja para acompañar y mejorar la calidad de vida de la aldea Guaporaity, parte de lacomunidad mbya guaraní. Desde hace cuatro años, Susana y su esposo, regresaron a su tierra colorada con un propósito claro: ayudar a quienes más lo necesitan.
“Siempre fue nuestra idea poder ayudar a los chicos, a los abuelos. Lo he vivido en carne propia, yo sé lo que es la necesidad, sé lo que es que un chiquito quiera algo tan mínimo como un alfajor y que sus padres no puedan comprarlo. Por eso siempre dije: el día que vuelva a Misiones y tenga la posibilidad, lo voy a hacer”, expresó Araujo conmovida.
La tarea comunitaria comenzó en su propio barrio con un merendero que funcionó durante más de dos años y medio. Allí organizaban meriendas, festejos del Día del Niño y Navidad, hasta que la situación económica obligó a suspender esas actividades. Desde hace un mes, Susana y su equipo decidieron enfocar sus esfuerzos en Guaporaity, donde cada domingo preparan almuerzos comunitarios.
“Son 30 familias, alrededor de 85 chicos. Mi preocupación es el abandono. Hay un abuelito ciego que vive en condiciones muy precarias y muchos chicos que necesitan atención médica. A veces no tienen ni cubiertos para comer. Por eso yo siempre digo: aunque sea un plato humilde, que puedan sentarse a la mesa y compartir una comida digna”, relató.
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El trabajo no se limita a la alimentación. También impulsan proyectos productivos como la creación de una huerta y una granja comunitaria. “Queremos que ellos puedan consumir lo que produzcan y no tengan que comprar. Pero para eso necesitamos herramientas de trabajo como palas, picos, azadas. Estamos arrancando de cero”, explicó.
Entre las necesidades urgentes, Susana enumeró colchones, elementos de limpieza, ropa de abrigo y alimentos. “Esta gente necesita de todo. Yo siempre digo: el que quiere colaborar, que colabore con lo que pueda. Todo suma. Y lo hacemos con total transparencia, seleccionamos y distribuimos lo que recibimos para que todos tengan aunque sea un poquito”, aseguró.
El llamado también apunta a profesionales de la salud. “Necesitan médicos, medicación, un clínico que los vea. Hay chicos con problemas de piel, abuelitos abandonados. Son situaciones que duelen mucho”, sostuvo.
Araujo destacó la fuerza y el entusiasmo de los niños de la comunidad: “Ellos quieren salir adelante, ponen interés, escuchan, aprenden. El otro día limpiábamos el predio y me sorprendió ver a los más chiquitos colaborando con tanta voluntad. Hay que aprender mucho de ellos”.
Finalmente, hizo un llamado a la solidaridad: “Yo sé que los argentinos somos muy solidarios. Pido a quienes tengan la posibilidad que se acerquen, que vean con sus propios ojos cómo viven. Estas cosas hay que verlas para entender. No pertenezco a ningún partido político, lo único que busco es cumplir mi meta de vida: ayudar a los chicos, porque yo también pasé por la necesidad. Alguien tiene que ablandar el corazón”.
Los interesados en colaborar pueden comunicarse al numero de Susana, +54 9 11 5759-8507.












