Florencia Rondón es protagonista de una película de horror. Una que todavía no terminó y su epílogo puede tener dos caminos: el del bien, que una madre misionera con su beba puedan vivir en paz en Misiones, o que la Justicia falle y tenga un desenlace más triste y violento de lo que fue.
Desesperada, una médica misionera busca dar a conocer su caso y que la Justicia de la ciudad de Rosario no la obligue a volver a la pesadilla de la que escapó: golpes, tortura psicológica, amenazas, encierro, fueron algunas cosas que tuvo que vivir Florencia durante más de un año en la ciudad santafesina. Siendo madre de una niña de un año, sufrió violencia de género por parte de su ex pareja, Renzo Pellini, también médico de profesión y de una conocida familia de Arroyo Seco.
“Para mí, hoy hablar es salvarme la vida, y tener que volver a Rosario es la muerte, como ya me amenazó varias veces que me va a matar, ya me intentó matar”, expresó Florencia en comunicación con la FM 89.3 Santa María de las Misiones.
La profesional explicó que el Juzgado de Familia N° 5 de Rosario, a cargo de la jueza Alicia Ana Galletto “me obliga a ir, con la excusa de que mi hija de un año tiene que volver porque es el centro de vida allá, cuando el centro de vida de una niña de un año es la madre, es la protección, es quien le brinda seguridad a la bebé”, expuso Florencia.
Apuntó a la animosidad de la jueza Galletto quien, siendo mujer y habiendo observado todas las pruebas presentadas que acreditan la violencia del hombre, “no evalúa el contexto de mi hija, porque mi bebé también fue agredida por él, no es una mero testigo de de la violencia”, dijo.
El calvario de Florencia comenzó luego de diera a luz a su hija, en abril del año pasado. Se instaló en Rosario con el hombre con el fin de ser una familia, pero al poco tiempo la violencia fue parte de cada día: “Fue como un año que yo conviví con él, con la bebé bajo torturas, bajo amenazas, encierro, no podía salir a ningún lado, me sacaba el celular, me sacaba la llave del auto, me dejaba encerrada en la casa con la bebé, era imposible para mí poder salir de ese calvario”, expresó entre sollozos.
Seguidamente, resaltó que la única manera de terminar con esta pesadilla “fue escapándome unos días antes del cumpleaños de mi hija. Mi mamá fue a Rosario y ahí yo tuve la oportunidad. Ella estuvo conmigo en uno de los episodios, que para mí era rutinario, y le dije ‘por favor, sacame acá porque me va a matar'”.
El 19 de abril de este año, “con lo puesto”, se subió al auto con su hija, su madre y se escapó hacia Misiones, “tratando de buscar algún lugar donde donde pueda mantener a salvo a la bebé”, dijo. Hoy Florencia está contenida mental y físicamente por su familia, la Justicia misionera y profesionales de salud, pero la barrera la tiene abajo la justicia de Rosario.
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“Me estoy topando con una pared de hierro que es la justicia”
Ya en Misiones, Florencia comenzó con las audiencias. A pesar de que el hombre tenía una orden de restricción de acercamiento, la misionera tuvo que enfrentarlo. “Ver cómo el padre de mi hija se burlaba de mí cuando yo contaba esta historia de violencia es de nuevo someterme a mí”, confió entre lágrimas.
“Ellos no querían que yo expusiera toda la violencia que ellos me venían ejerciendo. Me pidieron que no haga nada, que no llame a la policía, que no denuncie nada. Yo de todas maneras lo hice y me estoy topando con una pared de hierro que es la Justicia a su vez, pero pese a eso yo no voy a frenar. Ellos me pidieron que yo saque la orden de de restricción que yo tengo contra Renzo para poder venir a verla a la bebé. O sea, me quieren seguir exponiendo”, adicionó.
Florencia y sus abogadas en Misiones solicitaron -mediante un amparo- que la Justicia de Rosario se declare incompetente: “Quiero que decida que el centro de vida de mi hija es acá, que siga las leyes que está tomando la Justicia de Misiones que me está amparando, que logró ver la violencia que hay, la violencia de género, que logró ver, que mi hija es segura acá en Misiones. Y que la Justicia de Rosario siga las leyes, porque está violando una ley que es la de los derechos de la mujer, de los niños”, destacó.
De encantador a violento, con su familia como manipuladora
Renzo Pellini es un conocido médico de Rosario, al igual que su familia. Una familia que apañó la violencia de su hijo contra su nuera y la quiso manipular para que no lo denuncie.
“La familia de él era manipuladora igual que él, la madre sabía que él me pegaba y sin embargo me decía, ‘no hagas la denuncia’, ‘denunciar es de negro’, ‘no vayas a ir a llamar a la policía, Renzo va a cambiar’, ‘vos no te vayas a ir’, es todo un trabajo psicológico de toda la familia. Es como que siempre te van haciendo un lavado de cerebro para que vos permanezcas ahí”, apuntó.
Sobre su expareja, dijo que lo conoció en 2022 y poco tiempo después se fue a vivir a Rosario con él, “bajo la promesa de poder hacer mi carrera médica, hacer una residencia en Rosario, porque siempre jugó con esa ilusión. Y al poco tiempo se volvió violento”, alertó.
En 2023, tras los primeros hechos violentos, Florencia volvió a Misiones y se enteró que estaba embarazada. “Se lo comunico a él y me rechaza rotundamente, que no quería saber nada de ese embarazo. Cinco meses después, me dice que se quiere hacer cargo del bebé, que vuelva a Rosario y comenzó de nuevo con la ilusión de formar una familia, de que va a cambiar”, dijo.
“Lo que tienen estas personas es que son encantadoras. Ellos logran pintarte la vida como si fuera que va a ser hermosa junto a ellos, te hacen reír, en mi caso me invitaba a cenar, era una persona amorosa, amable. Después estos signos de violencia van apareciendo de manera muy sutiles: empieza escalando cada vez más al punto que ya mi hija corría riesgo de vida”, sumó.




