Se cumplen hoy 53 años del primer sorteo de la Quiniela Misionera del Instituto Provincial de Lotería y Casinos (IPLyC), organismo que fuera creada por Decreto Nº376 casi cinco años antes, el 20 de noviembre de 1967, con el objetivo de explotar y administrar los juegos de azar en todo el ámbito provincial.
En febrero de 1972 se reglamentó la explotación de la quiniela a través del Decreto Nº 384, firmado por el entonces gobernador Angel Vicente Rossi y el ministro de Bienestar Social y Educación, Miguel Soto, e implementada por el gerente general Rodolfo Aguilar, en esa época el cargo máximo del actual ente rector del juego en Misiones.
Así se llegó al histórico 11 de agosto de 1972, cuando -tras lanzarse el juego con la apertura de unas once agencias adjudicadas en aquel momento- se realizó la primera jugada a través del sorteo que realizaba entonces la Lotería Nacional.
Los sorteos con bolilleros propios comenzaron tres años después, recién el 24 de diciembre de 1975, en otro acontecimiento amblemático dentro del historial del IPLyC.
Además, fue la primera lotería del país que realizó la transmisión de los sorteos en vivo, mediante el canal de televisión provincial. El voceo de números y el “ruido de bolillas” rápidamente se convirtieron en una tradición para la familia apostadora.
Ya en tiempos modernos, se fue concretando la computarización de las apuestas, un sistema que ofrece la transparencia necesaria para que todas las jugadas ingresen antes de ponerse en movimiento el sorteo, y el pago inmediato en la propia; hasta desembocar en el sorteador cuántico que desde febrero de 2025 reemplazó a los tradicionales bolilleros.
La “pata” social
Hace 53 años, con bolilleros de madera, libretas manuscritas y niños cantores entonando los números, se realizaba el primer sorteo de la Quiniela Misionera. Así comenzó a escribirse la historia del juego más emblemático de la provincia, una tradición que hoy sigue profundamente arraigada en la vida cotidiana de miles de personas.
Durante décadas, fue el principal motor económico del Instituto Provincial de Lotería y Casinos (IPLyC), consolidándose como el juego más antiguo, popular y de mayor recaudación de su portafolio. Su formato simple y accesible lo convirtió en un clásico infaltable en cada agencia misionera. Pero su impacto va más allá del entretenimiento: con sus ingresos se sostienen numerosos programas sociales que benefician a miles de familias en toda la provincia.
Desde sus inicios, la Quiniela Misionera asumió la innovación como una premisa central. A lo largo del tiempo, supo incorporar las últimas tecnologías disponibles para garantizar transparencia, eficiencia y seguridad en cada sorteo.
Un hito clave fue la implementación del sorteador cuántico de números aleatorios, una tecnología de vanguardia que posicionó a Misiones como una de las primeras loterías del país en utilizar este sistema de nivel internacional.
Hoy, más de medio siglo después, la Quiniela Misionera sigue siendo un sello distintivo de identidad provincial. Un juego que evolucionó junto a la sociedad, y que continúa apostando al futuro, brindando experiencias renovadas a sus jugadores y contribuyendo al bienestar de la comunidad.
Primeros pasos
El 11 de agosto de 1972 se oficializó la Quiniela Misionera con la apertura de las primeras agencias en Posadas y la realización del sorteo inicial, que utilizó las bolillas extraídas por la Lotería Nacional.
El organismo rector, el Instituto Provincial de Lotería y Casinos, había sido creado unos años antes, el 20 de noviembre de 1967, mediante el Decreto Nº 376, con la misión de administrar y regular los juegos de azar en todo el territorio misionero.
En sus inicios funcionó como una sala de juegos dentro del Casino capitalino, hasta que en febrero de 1972 se reglamentó formalmente su explotación mediante el Decreto Nº 384/72, firmado por el entonces gobernador Ángel Vicente Rossi y el ministro de Bienestar Social y Educación, Miguel Soto. La implementación estuvo a cargo del gerente general del IPLyC, Rodolfo Aguilar.
Otro hito clave llegó el 24 de diciembre de 1975, con el primer sorteo de la Tómbola Misionera utilizando bolillero propio, consolidando así una estructura de juego provincial.
Cronología
🔹 20 de noviembre de 1967
Se crea el Instituto Provincial de Lotería y Casinos (IPLyC) mediante el Decreto Nº 376, con la misión de administrar los juegos de azar en Misiones.
🔹 Febrero de 1972
Se reglamenta oficialmente la explotación de la Quiniela a través del Decreto Nº 384/72, firmado por el gobernador Ángel Vicente Rossi y el ministro Miguel Soto. La implementación queda a cargo del gerente general Rodolfo Aguilar.
🔹 11 de agosto de 1972
Se realiza el primer sorteo de la Quiniela Misionera, utilizando bolillas de la Lotería Nacional. Ese mismo día se inauguran las primeras agencias en Posadas.
🔹 24 de diciembre de 1975
Tiene lugar el primer sorteo de la Tómbola Misionera con bolillero propio, marcando un nuevo avance en la autonomía operativa del IPLyC.
Las primeras agencias
Con la Resolución 106 del 20 de julio de 1972 del Casino Provincial, se otorgaron los permisos de explotación en Posadas a:
- Agencia 01 de Hugo Martín Wirz (San Lorenzo 224)
- Agencia 02, de Moisés Judkevich (Bolívar 263)
- Agencia 03, de Jorge Manizalián (Félix de Azara 246)
- Agencia 04, de Modesta de Bugallo (Córdoba 426)
- Agencia 06, de Manuel Alfonso Cabrera (Bolívar 238)
- Agencia 07, de Norma Giacci de Toledo (Bolívar 194)
- Agencia 10, de Laurentino Álvarez (Santa Fe 441)
- Agencia 11, de Agnela Lizarraga (Colón 685)
- Agencia 13, de Timoteo Muciego (Alberdi 208)
- Agencia 15 de Elena de Galeano (avenida Roque Sáenz Peña 545)
- Agencia 17 de Romualdo Vely (avenida Uruguay 9)
Las primeras del interior fueron de Berlín Hadad, de Apóstoles; Gruber, de Oberá; Martos, de Eldorado y Samudio, de Puerto Rico.
Los detalles del primer sorteo
A las 19.35 de ese memorable 11 de agosto de 1972 comenzaron a girar los bolilleros y doce minutos después se dio por finalizado el acto, con la presencia de niños cantores y auxiliares ayudantes.
Los protagonistas eran hijos de empleados del Instituto que mes a mes se beneficiaban con pequeños obsequios, indumentaria y útiles escolares, como una manera de acompañar a los padres en el crecimiento y en la educación de los chicos.
El primer documento oficial del sorteo quedó registrado con las firmas del escribano Miguel Ángel Alvarenga y el funcionario Roberto Picco, junto a otros auxiliares. Aquel histórico acontecimiento tuvo lugar en los estudios de Canal 12, entonces ubicados en la calle La Rioja 151 de Posadas.
A la “cabeza” salió el 973, popularmente conocido como “el hospital”.
Otros hitos históricos
A partir de 1987, durante los inicios de la gestión de Daniel Azar, los sorteos de la Quiniela Misionera comenzaron a transmitirse por televisión. Hasta ese momento, la única forma de seguirlos era a través de LT4 Radiodifusora Misiones.
Fue también por entonces cuando se incorporaron las primeras niñas cantoras, seleccionadas a partir de una propuesta de la Agencia de Modelos de Laura Horsch, que facilitó un book de jovencitas para el rol. Luego, el proceso pasó por distintas productoras -primero de Posadas y luego de Leandro N. Alem-, hasta que el propio IPLyC institucionalizó los castings con una frecuencia trimestral.
Durante la gestión de Adolfo Safrán, se incoporaron “niños cantores” de género masculino, con el lanzamiento de la Quiniela Misionera La Primera Matutina. Sin embargo, con el regreso de Eduardo Torres al frente del Directorio, las niñas cantoras recuperaron su lugar en los cuatro sorteos diarios.
La inclusión también fue ganando espacio como parte del compromiso institucional. En 2015, dentro de su política de Responsabilidad Social Empresaria (RSE), el IPLyC incorporó por primera vez a una chica trans, a jóvenes con capacidades diferentes y a integrantes de la comunidad Mbyá Guaraní como parte del equipo de sorteo.
En julio de 2018, bajo la presidencia de Héctor Rojas Decut, se inauguró la moderna sala de sorteos ubicada en el subsuelo de la Torre IPLyC Centro. Con tecnología de última generación, el nuevo sistema cuenta con siete bolilleros automáticos desarrollados por la empresa ACRILPAL S.A., que reemplazaron a los utilizados durante los 25 años anteriores. Este sistema, único en su tipo, automatiza todo el proceso: desde la extracción hasta la elaboración del extracto y el acta, sin intervención humana y sin margen de error.
Con la llegada de la pandemia, la tradición de los niños y niñas cantores tuvo que interrumpirse. Los sorteos se suspendieron durante 43 días, en cumplimiento del aislamiento social preventivo. Al reanudarse, se adaptaron a la nueva normalidad: bolilleros automáticos y más adelante, la implementación de sorteadores cuánticos, tecnología de vanguardia que continúa asegurando transparencia y confianza en cada jugada.
Salto tecnológico
El 21 de octubre de 2024, la Quiniela Misionera escribía una nueva página en su historia con la incorporación de una tecnología revolucionaria: el sorteador cuántico, el más innovador del mundo del juego.
Este sistema combina la precisión de la mecánica cuántica con la emoción del azar, garantizando sorteos más seguros, transparentes y confiables. Con esta incorporación, el Instituto Provincial de Lotería y Casinos (IPLyC) inauguró una nueva era en la que la tecnología más avanzada se pone al servicio de la integridad del juego.
A diferencia de los mecanismos tradicionales, el sorteador cuántico no utiliza software ni componentes electrónicos susceptibles a fallos o manipulaciones. Su funcionamiento se basa en el comportamiento impredecible de los fotones de luz: al atravesar un túnel que se bifurca al final, cada fotón elige aleatoriamente uno de los dos caminos posibles. Este fenómeno, regido por principios cuánticos, produce números completamente aleatorios, sin patrones, donde cada número tiene la misma probabilidad de ser seleccionado.
El equipamiento cuenta con certificación internacional de Gaming Laboratories International (GLI), la única entidad a nivel mundial que garantiza este tipo de tecnología. A ello se suma el control humano de las autoridades de sorteo, completando un sistema de fiscalización robusto que refuerza la confianza de los apostadores.









